¿Piel seca o húmeda? La clave para que tu sérum funcione de verdad

El paso que debes saber para que esta fórmula ultra concentrada multiplique su eficacia

Por Mariana Chacón

Limpieza, tratamiento y protección: las 3 bases sobre las que crear tu ritual de cuidado de piel nunca cambian, tampoco el orden en el que se aplica cada cosmético. Lo que sí varía de un ritual a otro es el número de pasos que se incluyen, el modo en el que se aplican -que va desde el masaje relajante en esos días en los que el tiempo no es un problema a los suaves pero rítmicos tapeteos cuando la agenda es frenética-, o el tipo de ingredientes que mejor funcionan para cada necesidad en concreto. Para solucionar esta última duda, los expertos ya señalaban cuáles eran los 4 activos que no pueden faltar en las cremas de invierno y, por supuesto, aconsejan las fórmulas ricas y nutritivas a la hora de proteger el cutis frente a las bajas temperaturas. Si además has decidido que vas a llevar tu rutina de belleza hasta el siguiente nivel y hacerte con un sérum, los especialistas revelan cuál es el paso previo que muchas desconocen pero que potencia la efectividad de este fluido ultra concentrado. 

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Qué es un sérum

Lo primero es lo primero: ¿por qué deberías introducir un paso extra en tu rutina de belleza? La respuesta es sencilla: los sérums -como estos que hemos seleccionado para ti- son fórmulas ultra concentradas que tratan problemas específicos de la piel más allá de la deshidratación. Si tienes manchas, falta de luminosidad, descolgamiento o líneas de expresión, estos sueros se crean con ingredientes activos específicos para solucionar cada problema con un enfoque más intensivo. De hecho, los expertos facialistas de Germaine de Capuccini Goya señalaban este paso como imprescindible para "rescatar" al cutis tras la cuarentena del año pasado: "No puede faltar en la rutina diaria de cuidados de la piel. Con su uso se incrementa la luminosidad, se unifica el tono de la piel, se suaviza la hiperpigmentación y las irregularidades y se controla la grasa". 

Además de un gesto con el que se potencia el efecto de los tratamientos de belleza, los maquilladores profesionales también lo señalan como el imprescindible para aumentar la luz en el acabado de cualquier look: "El sérum es uno de los cosméticos más eficaces porque lleva una alta concentración de principios activos que consiguen penetrar, gracias a su textura, a las capas más profundas de la piel. Generalmente los serums, aunque hay de muchos tipos, contienen componentes antioxidantes, ácido hialurónico y vitamina C, ésta última nos ayuda a potenciar la luminosidad de la piel", aclara la maquilladora profesional Cristina Lobato. 

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El orden correcto

En cuanto al momento del ritual en el que se aplica, debes masajearlo sobre la piel justo después de la limpieza y del tónico o esencia (si los utilizas): "En este punto hay que destacar que si necesitas una dosis extra de hidratación, lo idóneo es emplear un sérum antes de la crema hidratante. El sérum se absorbe más rápido y hace que los ingredientes activos penetren en profundidad, mientras que la crema es el tratamiento en sí con el que la piel estará protegida, tanto de noche, como durante la jornada", revelan desde la marca especializada Bionike. 

Y es que, como recuerda la farmacéutica y experta en dermofarmacia Rocío Escalante: "En cosmética el orden de los factores sí altera el resultado. Si utilizas diversos cuidados tienes que aplicar en el orden correcto. Si no lo haces, probablemente no sirvan de nada. Ten en cuenta el objetivo y la textura del cosmético, en general los más ligeros van primero". Un truco con el que no te olvidarás de cuándo entra en acción cada producto. Como recapitulación, Escalante explica: "Si haces una doble limpieza, primero el limpiador oleoso y después el acuoso. Después iría el tónico (si usas), el contorno de ojos, el sérum, la crema hidratante, la protección solar y el maquillaje". 

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El paso previo que (casi) todas desconocen

Ahora que ya sabes qué es lo que este cosmético puede hacer por tu piel, llega la hora de aplicarlo como es debido y resulta que secarte la cara por completo tras la limpieza es justo lo que no debes hacer para exprimir al máximo sus capacidades. El mejor ejemplo de cómo un detalle en apariencia tan insignificante como dejar la cara ligeramente húmeda para masajear el sérum es el caso del ácido hialurónico, un activo estrella en este tipo de fórmulas que multiplica su eficacia de esta manera:  "Consiste en no secar el rostro después de limpiarlo y, con la piel húmeda, aplicar el suero sellando sobre la piel", explica Elisabeth San Gregorio, directora técnica de Medik8. 

Para ampliar la explicación, Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza, añade que "además, cuando limpiamos el rostro, eliminamos el exceso de grasa de la piel. En el lapso de tiempo desde que esto ocurre hasta que ese sebo se vuelve a equilibrar, la barrera oleosa está menos fuerte, permitiendo la mejor penetración de los sueros acuosos". Un 'tip' sencillo pero efectivo con el que disfrutar de verdad de los beneficios de este cuidado ultra concentrado.