Si los ojos son el espejo del alma, las ojeras son sus cortinas. Los temidos círculos oscuros entristecen hasta la mirada más alegre, y por si fuera poco, proporcionan un aspecto cansado que resulta de todo, menos favorecedor.
A no ser que quiera parecerse a la protagonista de la copla de La Lirio, a quien se le pusieron los ojos "moraítos de martirio", disimular las ojeras es la prioridad para gran número de mujeres.
Causas y agravantes Para permitir el parpadeo, la piel de la zona es extraordinariamente fina y se pliega con total facilidad. Imagine los problemas que tendría para abrir y cerrar los ojos si la piel de la zona fuera, por ejemplo, igual a la de la planta de los pies. Al ser tan delgada, a través suyo se transparenta la compleja red de capilares que llevan sangre a la zona, por lo que toma una coloración más oscura. Existen factores que al entorpecer la microcirculación de la zona hacen que las ojeras resulten especialmente visibles, como pueden ser el cansancio, la falta de sueño, la mala alimentación o el estrés, aunque en muchos casos, su color tiene una causa hereditaria.
¿Crema para el contorno? ¡Con cuidado! Una equivocación muy común al recurrir a hidratantes para el contorno de los ojos es elegir fórmulas demasiado pesadas, que pueden provocar retención de agua y, con ello, una mayor congestión. Si tiende a levantarse con los ojos hinchados, opte por geles o emulsiones muy ligeras. Sea parca, casi roñosa, a la hora de aplicar producto. Basta con una cantidad como un grano de arroz para los dos ojos. Extiéndala mediante suaves golpecitos, pero nunca sobre el párpado móvil. Estas cremas se usan para la zona de las patas de gallo y, ¡como mucho!, en el borde inferior de la ojera, sin llegar a las pestañas.
Tratamientos anti-ojeras Son muchas las hidratantes que buscan mantener la piel suave a la vez que atacar la causa de las ojeras. Esto se consigue con activos capaces de mejorar la microcirculación de la zona, tales como la vitamina K. En casos de pigmentación muy oscura conviene usar correctores con pigmentos amarillos, que contrarrestan el azul de la ojera.
Cambiar de hábitos de comida Piénselo dos veces antes de echar mano al salero: reducir la cantidad de sodio de su dieta puede contribuir a mejorar la circulación del contorno de los ojos. No abuse de los alimentos preparados, ya que a menudo contienen espesantes y saborizantes que potencian la retención de líquidos.
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