Uno de los mayores deseos de cualquier mujer es borrar las huellas del paso del tiempo en su rostro, y así conseguir una imagen radiante, pese al paso de los años. La lucha contra las arrugas se convierte en uno de los objetivos de las innovadoras técnicas quirúrgicas.
Entre todos los materiales de relleno que existen para "inflar" las líneas de expresión desde dentro, y alisarlas, hay uno que destaca por méritos propios: el Isolagen, también conocido como PRS, siglas de Protein Repair System. Su característica principal es que trabaja con la propia piel de la paciente, eliminando de esta forma todo riesgo de alergias (como sucede a veces con el colágeno o con el hilo de oro) y además, es un material de relleno que evoluciona con el organismo.
El PRS usa las mejores células del propio organismo para crear una "piel" más joven, y además permite guardarlas congeladas para poder volver a recurrir a ellas en 10, 20 ó 30 años.
El procedimiento consta de los siguientes pasos:
Para obtener un resultado óptimo, se requieren tres sesiones de infiltraciones, dejando 15 entre cada sesión. Una de las grandes ventajas del PRS es su efecto progresivo: la piel se regenera desde dentro y de forma natural. Su indicación principal son las arrugas de expresión verticales más profundas, como las del surco nasogeniano, del labio superior y del entrecejo.
El efecto dura aproximadamente tres años, aunque conviene hacer un retoque anual de mantenimiento. La edad óptima para este tratamiento es de los 35 hasta los 50 años.
El principal problema del sistema Isolagen es el alto coste del cultivo de fibroblastos, que hace que resulte más caro que otros materiales de relleno. El precio de tres viales de PRS (los necesarios para las tres inyecciones) es de 220.000 ptas.