¿Perder peso o tener trabajo? La crisis de Karlie Kloss en las pasarelas

La modelo relata cómo vivió el crítico momento en el que dejaron de contratarla por ganar tres tallas en menos de un año

Por Mariana Chacón

Se puede decir que Karlie Kloss ha logrado todas y cada una de las metas con las que sueña cualquier modelo cuando empieza su carrera: desfilar en las Semanas de la Moda más importantes temporada tras temporada, protagonizar campañas de grandes marcas como Carolina Herrera, Estée Lauder o Swarovski, e incluso convertirse en propietaria de un par de las codiciadas alas de los ángeles de Victoria’s Secret. Las razones de su éxito no sorprenden, ya que unos rasgos muy especiales combinados con sus algo más de 1,87 metros de estatura la convierten en una de las tops más destacadas de la industria; sin embargo, no siempre lo ha tenido fácil. Como recoge el portal Stylecaster, Karlie tuvo que enfrentarse hace un par de años al rechazo de algunos diseñadores que le pusieron un ultimátum: perder peso o no volver a trabajar.

“Empecé a tomar pastillas anticonceptivas y mi cuerpo se volvió más femenino: las caderas y los muslos aparecieron”, ha contado. Además, en poco menos de un año la modelo pasó de una infantil talla 34 a una 40: “Comencé a perder trabajos; no me contrataban para la pasarela; los diseñadores dejaron de contar conmigo. Me sentí como si el mundo estuviera patas arriba”. Pero tras este aumento de tres tallas y las consecuencias en su trabajo, Kloss no se desanimó y comenzó a asistir a clases en la Universidad de Nueva York, decisión que le llevó el año pasado a protagonizar una portada de la revista Forbes gracias al campamento que ha creado, 'Kode with Klossy', en el que anima a las mujeres a matricularse en carreras de la rama de las ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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Después de este parón, la top decidió aprender a trabajar con su nuevo cuerpo y centrarse en todo lo que le hacía especial: “Siempre me comparaba con Gisele (Bündchen) – para mí era el pináculo del éxito en el modelaje – y eso no resultaba productivo. Es entonces cuando viví un punto de inflexión: me di cuenta de que era el momento de ser yo misma y de celebrar los detalles que me hacían ser cómo era”. Una nueva y positiva actitud ante la vida que le ha llevado a protagonizar de nuevo las portadas de las publicaciones de moda más prestigiosas y a ser la embajadora de uno de los perfumes de Carolina Herrera, en resumen, volver al ruedo por todo lo alto.