¿Sabía que Nefertiti, que pasó a la historia como una de las mujeres más bellas que ha existido, se perfumaba y usaba maquillaje? Y lo hacía al igual que miles de egipcios a lo largo de décadas pues, entre los múltiples avances que nos ha cedido esta civilización, se encuentra el desarrollo de la cosmética. Ahora, todos los secretos de sus fórmulas han sido plasmados en tres exposiciones en el Museo Nacional de Egipto de El Cairo, en el Louvre de París o en el Museo de la Vieille Charité de Marsella.
Desde 1996, los científicos de la firma L’Oréal han analizado los contenidos de docenas de vasijas con maquillaje recuperadas de las ruinas y de los tesoros de algunas tumbas egipcias, que se encuentran en la colección del Antiguo Egipto del Museo del Louvre. Las conclusiones de estos interesantes estudios son claras: en una prueba más de la evolución de la civilización egipcia, el uso de cosméticos en las dinastías de los faraones es impresionante. De hecho, algo tan aparentemente sencillo como una barra de labios ya era usada por la mismísima Cleopatra.
Durante siglos, los antiguos egipcios, independientemente de su sexo o edad, usaban maquillaje, aunque predominantemente eran las clases altas las que podían acceder a estos pequeños caprichos. Así, los arqueólogos han encontrado, a lo largo de la historia, muestras de vasijas, botellas, polveras, peines decorados, espejos y cañas del Nilo que se asemejan bastante a nuestros eye liners actuales.
Pero si por algo sorprenden estos estudios es por la revelación de las fórmulas químicas empleadas en la elaboración de los productos con los que se acicalaban nuestros antepasados. De las investigaciones, realizadas conjuntamente por L’Oréal y el Centro de Investigación y Restauración de los Museos de Francia, se deduce que los egipcios también fueron pioneros en la indagación sobre la composición de los maquillajes (y el perfume en Egipto). Por ejemplo, sorprende la fórmula que empleaban como base de las que eran sus sombras de ojos: se usaban pigmentos minerales bastante raros en estado natural, por lo que se llega a la conclusión de que los egipcios fueron capaces de sintetizarlos. Los investigadores no sólo se han servido de los materiales analizados, sino también de recetas descritas en sus textos por autores como Plinio o Plutarco. Y las conclusiones, ahora objeto de exposición, merecen la pena, pues seguro que le interesa saber cómo se cuidaban los faraones.
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