Los ochenta se recuerdan por la era de las top model, los Duran Duran, el pelo cardado, las hombreras desproporcionadas, el maquillaje exagerado y
las cejas. Marcadas y a lo grande, oscuras y definidas como las que entonces lucían Brooke Shields y Mariel Hemingway. Y aunque parecían pertenecer definitivamente al pasado más remoto, ese tipo de cejas vuelve, aunque con timidez. Tras dos décadas de depilar, definir, dibujar y afinar, se atisban cejas poderosas.
El pistoletazo de salida lo dio Tom Ford en su colección de este invierno para Gucci, cuando le pidió a su maquilladora estrella, Pat McGrath (creadora de la gama de colorido de Giorgio Armani), que les dibujara cejas espesas y salvajes a todas las modelos. El resultado son rostros muy expresivos y poderosos, algo salvajes y sensuales. Una de las tops del momento, Anouck Leper, luce unas decididas y ultrarrectas cejas oscuras, como hacen sus compañeras Caroline Ribeiro y Elsa Benítez, y actrices que marcan tendencia como Lara Flynn Boyle, Penélope Cruz, o la nueva revelación del cine francés, Audrey Tatou (protagonista de Amelie), muestran líneas más marcadas que hace sólo seis meses.
Modas aparte, las cejas espesas tienen sus propias reglas.