Esta periodista, que es el prototipo de la mujer española del momento, compagina sus obligaciones en el trabajo con su labor de madre. Ana García Siñeriz colabora en el programa Lo más Plus y acaba de estrenarse como imagen de la nueva fragancia de Hugo Boss. Confiesa que saca todo el tiempo que puede para dedicárselo a sí misma, pero reconoce que es un reto bastante complicado hoy en día. "No se puede estar todo el día dándose masajes y yendo a la peluquería, está claro. Afortunadamente, el estilo que se lleva es más natural, aunque la tiranía de la belleza y la juventud es más dura que la de algunos dictadores".
Una de sus claves es que nunca olvida desmaquillarse bien cada noche. "El maquillaje de la tele es pesado y la piel tiene que respirar". Además, se hidrata muy bien la cara y el contorno de los ojos.
Sus favoritos son los aromas frutales y florales. No varía muy a menudo de perfume y se declara fiel desde hace muchos años a Shalimar, de Guerlain, y ahora a Hugo Boss, la nueva fragancia de la que es imagen.
Son muchos los productos de belleza sin los que no podría pasar: crema hidratante de cara, de cuerpo, un cacao para los labios, desodorante y unas pinzas para depilar. "Vamos, como para quedarme en una isla desierta sin nada..."
No le gusta el maquillaje que se nota demasiado, y apuesta por un estilo más natural. Suele maquillarse ella, pero reconoce que una ayuda siempre viene bien. Solamente utiliza base en algunas zonas de la cara y siempre del mismo tono de su piel. Además, utiliza corrector de ojeras muy difuminado.
"Suelo utilizar sombra clara y un poco lápiz oscuro en los bordes, también muy difuminado. Y lo combino con máscara de pestañas marrón". Perfila su boca con un lápiz un poco más oscuro que su color natural y le pone brillo.
Consciente de los perjuicios del sol en la piel, no le gusta cometer excesos. "Estoy en la playa, pero sin tostarme vuelta y vuelta, y siempre con mucha protección; como mínimo 15 y un gorro".
"Hago gimnasia, ballet y estiramiento y me va fenomenal. Me deja la espalda como nueva y a los abdominales tampoco les viene mal". Le gustan las técnicas orientales de relajación, como el yoga y el shiatsu, pero no tiene demasiado tiempo.
"Creo que no lo he tenido ni el día antes de mi boda... Pero, sí, me encantaría que me regalaran una sesión de 12 horas en un Instituto de Belleza. Lo más parecido que se me ocurre es darme el gustazo de un fin de semana en un centro termal".
Tiene una bella melena, pero afirma que no le lleva demasiado tiempo cuidarla. Sencillamente se lava el pelo cada dos días y se pone crema.
La comida es su punto débil, debido en gran parte al ritmo vertiginoso de los días laborables. "No tengo más remedio que ir de una hamburguesería a un sitio de bocadillos, debido a que mi lugar de trabajo no ofrece grandes posibilidades gastronómicas. Vamos que a cualquier nutricionista le daría un ataque", confiesa.