La experta responde: así se tratan las cicatrices ya existentes

No son más que el proceso natural de curación de la piel, pero a veces se notan mucho y resultan molestas. Aprende a cuidarlas y tratarlas con ayuda de una dermatóloga, la Dra. Paloma Borregón

Por Victoria Gómez, Branded Content

Se estima que el 30 % de la población tiene alguna cicatriz en su cuerpo. En la mayoría de los casos pasan desapercibidas, pero en otros muchos pueden llegar a causar complejos e incomodidades. Son los rastros de piercings, quemaduras, mordeduras, cortes, cirugías... Ahora que se acerca el verano y nos disponemos a llevar shorts y vestidos con tirantes y tenemos los biquinis a punto que dejan más piel a la vista, seguro que te interesa saber cómo se tratan las cicatrices ya existentes. La Dra. Paloma Borregón, dermatóloga médico-quirúrgica y estética de Clínica Kalosia de Madrid, nos lo explica.

¿Qué es una cicatriz?

Una cicatriz es una alteración permanente de la apariencia de la piel, que surge como consecuencia de un daño y la reparación del mismo. Su composición varía, por lo que la apariencia puede ser plana, abultada, hundida o coloreada, como también puede ocurrir que duela o provoque picor.

¿Cuándo comienza el proceso de cicatrización?

Existen tres etapas para la cicatrización: la inflamatoria (momento inicial), con la llegada de células inflamatorias y plaquetas y la formación del tapón y la costra superficial; proliferativa (el primer mes), cuando se produce la acumulación de fibrina y colágeno, comenzando así a formarse la regeneración y tensión de la herida y; por último, remodelación, que sucede al mes y se prolonga un año o más, en la que se produce la reabsorción del colágeno, limitándose a mantener solo las fibras que se encuentran en relación a la línea de la herida.

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¿Cómo se puede facilitar una correcta cicatrización?

Los primeros días, debemos aplicar sustancias que regeneren la piel. Una vez reparada son beneficiosas las condiciones de presión y humedad, además de la estricta protección solar. Por eso los parches de poliuretano han demostrado eficacia en la prevención de cicatrices hipertróficas y queloides.

Hay pieles que cicatrizan rápido y otras más lento ¿de qué factores depende esto?

Depende de muchos factores, incluido el tipo de piel y la localización en el cuerpo, la dirección de la herida, el tipo de lesión, la edad de la persona y su estado nutricional.

¿Por qué una cicatriz con el tiempo puede tomar un aspecto más grande y abultado?

Las cicatrices suelen suavizarse con el tiempo. Pero en ocasiones la piel no se repara adecuadamente y eso resulta en cicatrices de distintos tipos. Cicatrices queloides, cicatrices abultadas que se producen por un crecimiento excesivo del tejido. Hipertróficas, que presentan elevaciones rojizas que pueden causar picor. Aparecen con un exceso de colágeno. Atróficas, las cicatrices deprimidas en la piel. Resultan cuando hay una regeneración incompleta de colágeno y tejido fibroso.

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¿Qué podemos hacer para evitar que la cicatriz se ponga fea?

Adelantarnos y no esperar a ver cómo queda la piel. Si actuamos durante ese primer año en el que la piel está trabajando en esa reparación, seremos capaces de ayudarla a cicatrizar.

¿Cómo se pueden disimular las cicatrices y protegerlas a la vez?

Es recomendable, desde que la piel está regenerada, aplicar presión sobre la herida y evitar el sol para que no se pigmente, por lo que una excelente opción es utilizar parches para cicatrices que sean totalmente opacos y con protección solar (UPF 50 +).

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¿Es bueno quitar la costra de una cicatriz?

Si arrancamos la costra nos llevamos pegado a ella el tejido nuevo, así que tendríamos que volver a empezar a generarlo y el riesgo de cicatrizar mal será mayor.

Tal y como explica la doctora Paloma Borregón, los apósitos o parches de poliuretano son muy aconsejables para reducir las cicatrices y evitar que adopten un aspecto indeseado. En particular los parches de Trofolastin han demostrado clínicamente su eficacia en la reducción visible de las cicatrices. Estos parches no contienen ningún principio activo, sino que actúan físicamente, generando sobre la herida unas condiciones de cicatrización óptima favoreciendo la regeneración cutánea y la creación ordenada del colágeno y la elastina. Además, son fotoprotectores y destacan por su gran adherencia y adaptabilidad a las distintas áreas afectadas, no solo actúan en la prevención, sino que también tratan cicatrices ya existentes como las hipertróficas y queloides de hasta 24 meses de antigüedad.