18 de diciembre de 2014. Aquel día la vida de Esther Cañadas dio un giro radical. Tras llegar a lo más alto como modelo, se convirtió en madre de una niña llamada Galia. Hoy la pequeña cumple 11 años y la top ha compartido dos preciosas imágenes junto a ella que hablan por sí solas. En las instantáneas aparecen de la mano, mirándose con un amor que traspasa la pantalla mientras el sol se pone sobre el mar. "Probablemente lo que más amo de la vida es crear recuerdos con mi pequeña. Feliz cumpleaños, mi amor", ha escrito la modelo.
La publicación no ha tardado en llenarse de comentarios. El primero en reaccionar ha sido Ricky Martin, gran amigo de la modelo, quien ha escrito: "¡Muuuuu amor de aquí pa’lla!". Alessandra Ambrosio, compañera de pasarela, también ha dejado su mensaje. Además, algunas de las mejores amigas de la top, como Isabel Jiménez o Hiba Abouk, han compartido su emoción por el cumpleaños de la niña.
Cañadas, de 48 años, ha asegurado en más de una ocasión que convertirse en madre ha sido "la experiencia más importante de mi vida". "Es donde pongo todo lo que soy día a día, con toda la confianza y entusiasmo del mundo, sabiendo que, mientras lo haga con amor, siguiendo mi instinto, valores y creencias, estaré acompañando al ser más espectacular de la mano".
La modelo no suele conceder entrevistas hablando de su vida privada, sin embargo, hace dos años hizo una excepción en Las Tres Puertas, el programa que María Casado presentaba en Televisión Española, y se sinceró como nunca sobre su hija Galia. "Me encantan los niños, tengo un instinto maternal enorme y tengo una hija que es como si me hubiera tocado la lotería. Aprendo todos los días de mi hija, es muy especial. Tiene una gran sensibilidad, es muy observadora, muy empática, muy divertida... Es un regalo del cielo", dijo emocionada. Además, reveló que si hubiera podido habría tenido 10 hijos más por lo menos. "Me hubiera encantado".
Tras superar una enfermedad inmunológica llamada vasculitis, que la apartó más tiempo del esperado de las pasarelas, Esther disfruta ahora de una etapa de plenitud. "Cada día es un regalo, me siento afortunada por estar viva, por tener la oportunidad de seguir creciendo, de reír, de sentir, de amar, de compartir y de poder seguir construyendo la mejor versión de mí sin dejar de mimarme y valorarme cada paso de mi camino", confesó el pasado mes de marzo, con motivo de su cumpleaños.








