Esther Cañadas recuerda los momentos más duros de su enfermedad: 'Suficiente tenía con no morirme'

La top, de 45 años, tuvo que tomar medicación de todo tipo y visitó a más de 50 especialistas para hacer frente a un problema autoinmune

Por María Medina

Esther Cañadas no suele conceder entrevistas hablando de su vida privada, sin embargo, anoche hizo una excepeción. La modelo, de 45 años, se sinceró sobre uno de los momentos más complicados de su vida: la dura enfermedad inmunológica que le llevó a retirarse de las pasarelas. "Suficiente tenía con no morirme", dijo en Las Tres Puertas, el programa de María Casado en Televisión Española. "Llega un momento en el que te levantas y piensas: '¿Está es mi vida? ¿De verdad que mi vida es ir al médico, ir al hospital, tener un montón de efectos de todo tipo en mi cuerpo?'. Y cuando te dicen que sí, que es crónico, es complicado", añadió. 

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La top, una de las supermodelos más reconocidas a nivel internacional durante la década de los 90 y los 2000, tuvo que tomar medicación de todo tipo y visitó a más de 50 especialistas. Después, estuvo en diversos lugares para intentar recuperarse. "Me fui a Hong Kong a hacer medicina china, me fui a meditar con monjes a Tailandia, estuve en México...", recordó. "Es una enfermedad inmunológica, entonces puede afectar el estrés, pero puede dispararse por un montón de cosas", explicó ante las dudas de la presentadora. 

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La enfermedad inmunológica de Esther Cañadas se llama vasculitis, cuya característica principal, común a todas ellas, es la inflamación de los vasos sanguíneos (arterias, arteriolas, capilares, vénulas y venas). Como consecuencia de dicha inflamación se produce una disminución del flujo vascular o incluso una interrupción completa del mismo. Esto puede provocar cansancio, fiebre, pérdida de peso, afectación del estado general y desarrollo de manifestaciones clínicas locales. El actor Ashton Kutcher, por ejemplo, casi pierde la vista y el oído por esta enfermedad

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La modelo también habló de su hija Galia. "Me encantan los niños, tengo un instinto maternal enorme y tengo una hija que es como si me hubiera tocado la lotería. Aprendo todos los días de mi hija, es muy especial. Tiene una gran sensibilidad, es muy observadora, muy empática, muy divertida... Es un regalo del cielo", aseguró con una gran sonrisa. Además, reveló que si hubiera podido habría tenido diez hijos más por lo menos. "Me hubiera encantado". Y que había vuelto a vivir a España para que su hija "tuviera ese arraigo". 

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