Luis de la Fuente vive uno de los momentos más plenos de su vida. A sus 64 años, disfruta del reconocimiento a una trayectoria marcada por el esfuerzo, la serenidad y los valores familiares que siempre lo han definido. Campeón de Europa, ha sabido ganarse el respeto dentro y fuera del vestuario. Actualmente, tiene prácticamente asegurada la clasificación para el Mundial de 2026 y, bajo su dirección, la selección ha igualado su mejor racha histórica, con 29 partidos consecutivos sin conocer la derrota. Más allá del banquillo, se muestra como un hombre discreto, fiel a sus raíces riojanas, a su fe y a las tradiciones que lo acompañan desde la infancia.
Aprovechó su cita ayer con Pablo Motos en El Hormiguero para poner en valor el talento nacional. Cuando le preguntaron por el mejor futbolista del mundo, no dudó en destacar a los suyos. “Podría seguir, tenemos a los mejores futbolistas del mundo”, aseguró tras mencionar a Lamine Yamal, Pedri y Rodri, dejando claro el orgullo que siente por las nuevas generaciones de futbolistas.
El preparador deportivo nació el 21 de junio de 1961 en Haro, La Rioja. Su padre, Alberto de la Fuente, fue marino mercante y gran aficionado al fútbol. Juntos viajaban con frecuencia a San Mamés para disfrutar en directo de los partidos del Athletic Club de Bilbao, el equipo en el que años más tarde él mismo acabaría jugando. Su madre, Berta Castillo, era dueña de una mercería en la céntrica Plaza de la Paz, un negocio que tiempo después heredó su hermana, Ana, y que transformó en una boutique de moda, reflejo del espíritu emprendedor de la familia.
El seleccionador comparte su vida con una mujer sevillana, de la misma localidad que vio nacer a Sergio Ramos. Casados desde hace años, siempre han mantenido su relación alejada del foco mediático, y se desconoce cuándo comenzó su historia de amor. Juntos han formado una familia muy unida con tres hijos, de los cuales uno, Alberto, ha seguido los pasos de su padre en el mundo del fútbol. Actualmente, trabaja como analista en las categorías inferiores de la Real Federación Española de Fútbol.
Entre la fe y la música
En su parcela más personal, es conocido por su profunda devoción religiosa. Asiste a misa a diario y mantiene una relación muy cercana con la Virgen de la Vega, patrona de su localidad natal. Participa con entusiasmo en las festividades de Haro, especialmente en la tradicional Batalla del Vino, una cita a la que acude siempre que puede. En una entrevista concedida a El Periódico, el seleccionador habló con total naturalidad de su fe: “Ya sabe que tengo muy buena relación con Dios. Así que le pido a Él, a San Fermín y a la Virgen de la Vega que nos ayuden, que estén cerca”. Una espiritualidad que lo acompaña en cada paso, dentro y fuera del campo.
Fuera del ámbito deportivo, el entrenado encuentra en la música una de sus grandes pasiones. Aficionado a los karaokes, no duda en subir al escenario siempre que tiene ocasión para interpretar algunos de sus temas favoritos. Entre sus ídolos destaca Julio Iglesias, artista al que profesa una profunda admiración. En más de una ocasión ha demostrado su gusto por la música, un pasatiempo con el que desconecta de la presión deportiva y muestra una faceta más relajada y espontánea.