Marimar Vega saborea un momento de su vida en el que se siente plena. En lo personal, su matrimonio con Jerónimo Rodríguez va viento en popa. Desde su romántico “sí, quiero” en Acapulco, en 2022, la actriz valora “que él me ve con mucho amor y me ha enseñado a que yo me vea con mucho amor”. Pero además del impulso de Jerónimo para valorarse y quererse, Marimar Vega cuenta con el estímulo de su imparable carrera, donde los proyectos se encadenan: a Serpientes y escaleras, de Manolo Caro (se puede ver en Netflix desde el 14 de mayo), se suman Nails: el club de las mujeres libres, rodada en España, Bienvenidos a la familia y Doctora Lucía, en pleno rodaje de su tercera temporada. En las siguientes líneas, descubrimos a Marimar Vega, la actriz que honra con su trabajo el legado de su padre, el famoso actor Gonzalo Vega; la mujer que quiere con el alma a su hermana Zuria, también actriz; la viajera que contempla el amanecer en alguna playa desierta como terapia de choque para huir del mundanal ruido y quien redescubre España en cada visita; así como la valiente que se enfrenta a sí misma, y a sus decisiones, a través de su pódcast El rincón de los errores.
-Hace diez años trabajaste con Manolo Caro en Amor de mis amores y ahora en Serpientes y Escaleras. ¿Cómo ha cambiado él en esta época? ¿Y tú?
-Bueno él no lo sé (ríe), pero sí, mucho. El primer proyecto de Manolo lo hicimos juntos, Las venas. De aquello hace más de diez años. Éramos unos chiquillos. Los dos hemos cambiado mucho en nuestra vida personal y laboral. Manolo siempre fue un director que sabía lo que quería, pero con la edad y la experiencia lo sabe aún más. Es una delicia para un actor trabajar con un director que tiene claridad en todo.
-Manolo Caro y Cecilia Suárez nos conquistaron con La casa de las flores. ¿Qué crees que tiene Serpientes y escaleras para volver a cautivar a la audiencia?
-Creo que es el trabajo más maduro de Manolo. Es una serie compleja con un humor que nunca habíamos visto en nuestro país y, además, Manolo es un máster para crear elencos. Visualmente es increíble y la serie te va llevando poco a poco. Al principio dices: “¿De qué tratara esto?”, pero va avanzando y, para mi gusto, el último episodio es el mejor.
-Tu pasión por el mundo de la interpretación es herencia familiar. ¿Qué lecciones te dio tu padre, Gonzalo Vega, a lo largo de su vida?
-¡Muchísimas! Laboralmente, mi papá le tenía un gran respeto y amor a esta profesión y creo que nos lo inculcó a sus tres hijos. En términos más prácticos, siempre decía que esta carrera se trataba de los “noes”, y no solo de los “síes”. En lo personal, mi padre era un gran apasionado de la vida. Amaba vivir, viajar, comer, ver un partido de fútbol… Amaba la vida. Y tenía un sentido del humor maravilloso. Así crecimos nosotros, viéndolo gozar.
-Alguna vez mencionaste que tu hermana Zuria es muy distinta y a la vez muy parecida a ti. ¿En qué os parecéis y en qué os diferenciáis?
-¡Parecidas no, somos muy distintas! Somos el agua y el aceite. Nos llevamos superbién pero no nos parecemos en nada. Con el que me parezco más en con mi hermano Gonzalo, pero Zuria y yo somos muy diferentes. ¿En qué? En todo. Así lo veo yo, aunque mi esposo trabajó con ella y dice que somos muy parecidas, sobre todo en el set. Seguramente nos parecemos en cosas, pero en la forma de ser y en gustos somos muy distintas.
"Me deja brillar"
-Marimar en febrero de 2022 le diste el sí quiero a Jerónimo Rodríguez frente al mar de Acapulco. ¿Qué ha aportado Jerónimo a tu vida?
-Imagínense que esta entrevista me la está haciendo mi suegra (se ríe). Jerónimo ha aportado a mi vida, muchísimas cosas positivas. Creo que lo más bonito es que él me ve con mucho amor y me ha enseñado a que yo me vea con mucho amor. Él todo me lo ha enseñado con amor. Y tener a alguien así al lado es una bendición, porque es una persona superempática. Me ha ayudado muchísimo. Nunca compite conmigo, sino al revés. Me deja brillar, confía en mí, me ve y eso es el mejor regalo que me pudo haber hecho.
-¿Es fan en todos tus proyectos, es crítico, o todo lo que haces le parece maravilloso?
-Él me echa muchas porras porque yo soy lo contrario. Yo me doy muy duro. Él ve todo más bonito de lo que yo lo veo, pero me ayuda en las audiciones y me dice la verdad. ¡Somos un equipo!
-¿Tienes el corazón partido entre tu marido y La Chata, tu mascota? ¿Quién te entiende mejor?
-¡Qué difícil pregunta! –nos dice entre risas–. Habría que preguntárselo a ellos. Ya sabemos que los animalitos son empatía y amor incondicional. La Chata ha estado conmigo nueve años e imagínate todo lo que ha vivido conmigo. Creo que si alguien me conoce es La Chata… más que mi mamá (se ríe).
-Últimamente se te ve mucho por España. ¿Pasear por la ciudad es uno de tus deportes favoritos? ¿Qué encuentras en Madrid que la hace una ciudad tan especial?
-Comer es una de mis pasiones favoritas y en España se come espectacular. Yo tenía mucha ilusión de trabajar en este país. Mis abuelos son españoles, tengo mucha familia en este país. Mi papá amaba España. Yo crecí en México con todas las tradiciones de España en casa: bailé flamenco desde muy chica y si en casa celebrábamos una comida familiar, había paella. En España conecto con mis raíces, con mi infancia. Me encanta la libertad que uno siente. La gente me cae muy bien, se come delicioso y soy muy feliz.
-¿Bailabas flamenco?
-Desde muy chiquita fui al Club España y ahí daban clases de flamenco. Mi mamá también bailó flamenco y yo, como veinte años.
-¿Conoces más lugares de España?
-Sí, conozco muchos lugares de España. El norte es donde más hemos ido estos últimos años. Mi abuela era de Bilbao y la familia de mi papá es de Asturias. Ahora nos hemos quedado encantados con Bilbao y con todo el País Vasco. ¡Se come espectacular!
-¿Cuándo visitaste por primera vez nuestro país?
-La primera vez que fui a España yo tenía diecisiete años… y ahora voy a cumplir cuarenta y dos. ¡Echen cuentas!
-Nos has contado con todo lo que conectas de España, pero de México ¿en qué te sientes más mexicana?
-¡Soy muy mexicana! Me gustan mucho nuestras tradiciones y nuestra gastronomía. Me encanta viajar por mi país y me gusta mucho que somos dente muy cariñosa y con un gran sentido del humor. La gente cuando viene a nuestro país se siente bien recibida y apapachada.
-En tu podcast El rincón de los errores confesaste tu lado más vulnerable, el dolor de ser invisible para otros. ¿Cómo has logrado superar tus miedos?
-En terapia, la terapia es muy importante. Es tarea de todos conocerse y cuando uno no se conoce anda pidiendo amor a las patadas y sobreviviendo.
-También allí has expuesto los motivos por los que no ves la maternidad como parte de tu futuro. ¿Cómo te sientes después de haber sido tan sincera en este aspecto?
-El rincón de los errores es un espacio para hablar con autenticidad y honestidad. Es un espacio para sentirnos más libre. El rincón era un espacio perfecto para hablar de esto. Ahora, me siento muy libre y en paz con nuestra decisión. Cuando uno conecta con lo que realmente quiere, la sensación que queda es de mucha libertad.
-¿En qué momento de tu vida personal y profesional te encuentras ahora mismo?
-Yo había oído que los cuarenta se ponen superbién y es verdad. En estos dos últimos años de mi vida me he sentido en balance. Por primera vez, mi parte personal está estable y en armonía el noventa y nueve por ciento del tiempo. Como eso está bien, puedo enfocarme en mi parte profesional. Uno de mis sueños era trabajar en España y este año lo conseguí eso.
-A pesar de tu juventud, llevas más de dos décadas trabajando sin parar como actriz. ¿Siempre soñaste con esta vida? ¿La cambiarías por otra profesión?
-No la cambiaría por nada ni me veo haciendo otra cosa, pero no siempre soñé con esto. No fui una niña actriz. Hasta los dieciocho años decía que no quería ser actriz. Era por rebeldía. Estaba en contra de hacer lo mismo que mi papá. Aunque de siempre, ya sea por el baile o por salir en las obras de mi papá, me encantaba estar en un escenario.
-¿Qué más proyectos tienes en España y en otros lugares que nos puedas adelantar?
-Pues en España hice una serie llamada Nails. En diciembre, enero y febrero estuve rodando en Madrid y luego en Bilbao. Es una serie para SkyShowtime. Es una serie española, yo soy la única mexicana y, al parecer, la van a poder ver en octubre.
-¿Qué encontraremos los teleespectadores en Nails?
Su título completo es Nails, el club de las mujeres libres. ¡Me encanta! Trata de cuatro mujeres que en diferentes momentos de su vida deciden liberarse del rol que han estado jugando muchos años.
-Estas mujeres son amigas. ¿En qué momentos de tu vida te as dado cuenta de que las amigas son más que un tesoro?
-Mis amigas son una parte fundamental de mi vida. Hay que procurarlas. Es una red de apoyo necesaria. No solo en los momentos malos, sino siempre. Yo me jacto de decir que tengo un gran grupo de amigas. Yo no sé qué haría sin mis amigas.
-Si Marimar Vega no está trabajando, ¿qué le apasiona hacer en su tiempo libre?
-Hacer ejercicio, leer y viajar… En cuanto no tengo trabajo, veo dónde viajar. Me encanta la gastronomía, y siempre pensamos lugares para comer rico.
-¿Cuál es tu plan perfecto para unas vacaciones de verano?
-¡La playa! Estar en chanclas, sin arreglarme, en contacto con la naturaleza, que me dé el sol, y contemplar los atardeceres frente al mar…