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Si hay una palabra que define a Blanca Romero es la autenticidad. Dueña de una personalidad arrolladora, la actriz nunca ha temido mostrar todo aquello que siente y así lo volvió a hacer en el programa Mis Raíces, presentado por Isabel Jiménez en Cuatro, en el que intervinieron por primera vez en televisión sus padres, su hermana Tania y también su hija mayor, Lucía Rivera. Blanca recordó sus primeros pasos como modelo -se subió por primera vez a una pasarela con 14 años en su Gijón natal-. A los 22, vivió su primera experiencia como madre, y más tarde contrajo matrimonio con Cayetano Rivera, quien dio su apellido a su hija Lucía. Sin embargo, la relación terminó en divorcio, aunque lejos de detenerse, continuó reinventándose. Triunfó como actriz tras participar en la serie Física o Química y fue nominada a un Goya por su papel en After. Con el tiempo decidió dar un giro radical a su vida y se marchó a vivir a Asturias para cuidar de su hijo, Martín, algo que no pudo hacer con Lucía.
© MediasetBlanca Romero ha demostrado que es fiel a sí misma, sin miedo a desafiar expectativas ni a redibujar su propio destino. Blanca Romero y Cayetano se dieron el ‘sí, quiero’ el 26 de octubre de 2001. Una boda a la que acudieron multitud de rostros conocidos. De ese día rescata un momento tan doloroso como fue el fallecimiento de un familiar muy querido cuando se dirigía al enlace. Su primo, testigo de la boda y con quien se había criado de niña, se mató en un accidente de coche viniendo a la boda. Los novios quisieron cancelar el enlace, pero no se lo permitieron. "No fue una boda feliz por eso", reconoce la madre de Blanca.
De su boda también rescata un recuerdo entrañable, como el momento en el que ella y Cayetano brindaron como marido y mujer con un culín de sidra en el balcón de la suite del hotel de Gijón, en el que se alojaban, y que hoy en día es una residencia, donde vive su abuela, a la que acude siempre que puede a visitar.
© MediasetLa unión de Blanca y Cayetano duró apenas tres años. Ambos decidieron continuar sus caminos por separado. Sin embargo, ahora, más de veinte años después, la actriz echa la vista atrás para hablar con franqueza y revelar que ese no era su mundo. "Estuve poco tiempo, no tengo nada malo que decir de mi matrimonio, pero sentí que no era mi sitio. Me dormía en esas charlas. Necesitaba viajar, irme", señaló. Cayetano le dio sus apellidos a su hija Lucía, y aunque estuvieron muchos años sin verse, el torero mantiene ahora buena relación con Lucía. "Siguen teniendo relación, no me meto. No me interesa. Respeto el vínculo", asegura desde la distancia, y revela que "teniendo con quien comparar", refiriéndose al padre biológico de su hija, "Cayetano salió con nota sobresaliente". "Las relaciones con los padres de mis hijos fueron más traumáticas que mi matrimonio", admite.
© MediasetPara ella no fue nada fácil criar a una niña ella sola siendo tan joven. "Lucía no tuvo la suerte de tener un padre que la quisiera, comprometido, que fuera guay y que me ayudara a mantenerla. Lo pasé mal al criarla y educarla sola, no fue fácil". Fue la propia Lucía quien, muchos años después, accedió a ver por primera vez una foto de su padre biológico en 2015, tal y como confesó ella misma en su libro, Nada es lo que parece. Del día de su nacimiento no guarda un buen recuerdo. Entre lágrimas cuenta "que la niña venía de pie y al sacarla la rompieron dos piernas", estuvo "clínicamente muerta porque no había incubadoras", "fue horrible, horrible". De hecho, ella tuvo que pedir el alta voluntaria para acudir a otro hospital a ver a su hija. Y a los dos meses de nacer, ya estaba desfilando en Barcelona para poder sacarla adelante.
© MediasetAl hablar de su separación con Cayetano, confiesa que la ruptura le perjudicó en su carrera como modelo. "Dejé de ser modelo y pase a ser la mujer de y la ex de, entonces eso como que manchó mucho mi imagen. Nunca me dieron una portada, como en París". A esto suma las dificultades personales que vivió como madre: "Lecciones duras, no puedo tener un padre que te ayude, un padre destinado. La vida me puso las cosas muy difíciles, de mucha lucha. No podía tener yo la suerte de tener a alguien que me ayudara a criar como mis compañeras". Sin embargo, siempre tuvo la ayuda de su madre: "Me la medio crio porque, además, yo tenía 22 años. Me iba al parque y me tiraba del tobogán con ella o iba con la silla corriendo. Luci no tuvo una madre, tuvo una amiga con la que jugaba". Un pensamiento que reafirma su propia hija: "Es como mi hermana mayor".
