Después de 18 años de relación y dos hijos en común, Marion Cotillard y Guillaume Canet han decidido poner punto y final a su relación. La noticia fue confirmada este 27 de junio a través de un comunicado conjunto remitido a medios franceses. Ambos actores, de 49 y 52 años, respectivamente, subrayan que la decisión la han tomado “de mutuo acuerdo” y con "mutua buena voluntad". Su objetivo es preservar la estabilidad de los dos hijos que tienen en común, Marcel (13 años) y Louise (8). En su mensaje también subrayan que, pese a la separación, siguen siendo una familia. Como padres de dos hijos, han decidido compartir públicamente esta decisión para frenar especulaciones, rumores o interpretaciones erróneas.
Aunque la pareja siempre ha sido muy discreta con su vida privada, los rumores sobre una posible crisis circulaban desde 2022. A pesar de ello, continuaron colaborando profesionalmente, como en la película Astérix y Obélix: El imperio del medio (2023), dirigida por Canet y con Cotillard en el papel de la reina Cleopatra. Su último proyecto conjunto es Karma, cuyo rodaje acaba de finalizar y que podría convertirse en su despedida artística como pareja. Su estreno estaría previsto para 2026.
La historia entre Marion Cotillard y Guillaume Canet comenzó en 2003, cuando coincidieron en el rodaje de Jeux d’enfants (Quiéreme si te atreves), una comedia romántica que, con el paso del tiempo, se convirtió en un clásico contemporáneo del cine francés. Por aquel entonces, Canet aún estaba casado con la actriz alemana Diane Kruger, protagonista de Troya, con quien había contraído matrimonio en 2001 y se separaría en 2006, sin hijos en común. Fue poco después cuando su vínculo con Cotillard evolucionó más allá de la amistad. En 2007 oficializaron su relación sentimental, aunque nunca pasaron por el altar. Juntos formaron una bonita familia: su primer hijo, Marcel, nació en 2011, y seis años más tarde llegaría Louise, completando la imagen de una de las parejas más admiradas del panorama artístico francés.
Durante casi dos décadas, Cotillard y Canet compartieron no solo una vida familiar, sino también una intensa complicidad creativa. Han trabajado juntos en al menos nueve películas, entre ellas Pequeñas mentiras sin importancia (2010), Rock’n Roll (2017) o Terminaremos juntos (2019).
Hace unos meses, la actriz ganadora de un Oscar por la película biográfica La Vie en Rose (2007), reflexionaba sobre la presión mediática y la necesidad de proteger su intimidad por encima de todo, mientras que su ya expareja, Guillaume Canet también había manifestado en entrevistas recientes cierto agotamiento personal y profesional. Aunque ninguno de los dos ha hecho declaraciones públicas tras el anuncio de su separación, fuentes cercanas aseguran que la separación se ha producido sin conflictos ni terceras personas involucradas.
La noticia de su ruptura ha sido acogida con respeto tanto por el público como por la prensa, que durante años los celebró como la pareja dorada del cine francés. No faltaron incluso las comparaciones con los icónicos Brangelina, como se apodaba a la relación de Angelina Jolie y Brad Pitt mientras fueron pareja, reflejo de una conexión artística y emocional que trascendía la pantalla. Su historia, marcada por la admiración mutua y una gran complicidad creativa que dejó huella en la filmografía europea, ha llegado a su fin, igual de discreta, que comenzó hace casi dos décadas. Eso sí, más allá del final sentimental, siempre estarán vinculados por lo más importante: los dos hijos que tienen en común.