Santiago Segura es como los bombones o las guirnaldas, con la excepción de que estos aparecen en la época navideña y el director madrileño de 59 años hace lo propio en la época estival. El próximo 26 de junio, el cineasta estrena la última aventura de la franquicia Padre no hay más que uno, un cierre apoteósico a uno de sus proyectos más queridos. La quinta entrega de la comedia familiar será la que complete el círculo, pero no por ello ha de ser menos importante: el objetivo está claro, mantener el ritmo de recaudación y continuar haciendo historia en la gran pantalla.
La primera película, estrenada en agosto de 2019, fue un auténtico éxito: consiguió recaudar más de 14 millones de euros con un presupuesto de apenas tres. Lo propio sucedió al año siguiente, eso sí, con el coronavirus coleando en las salas. Los cines acababan de reabrir sus puertas tras el confinamiento por la pandemia y la segunda parte de la saga cinematográfica fue un bote salvavidas para la industria audiovisual española. Lo mismo pasó con Padre no hay más que uno 3 y Padre no hay más que uno 4, títulos que cada verano han conseguido superar los diez millones de euros en venta de entradas.
No es la primera vez que Santiago Segura se corona como el 'rey de la taquilla'. No en vano, la pasada edición de los Premios Goya, celebrada en Granada, sirvió como escenario para reivindicar el cine del director de Carabanchel. "Nuestra empresa hace películas que hacen mucha taquilla gracias a las cuales podemos hacer películas arriesgadas como esta", dijo María Luisa Gutiérrez, productora y socia de Segura, después de que La Infiltrada, una cinta bajo el sello de la productora Bowfinger, se coronase como la 'Mejor Película' (ex aequo con El 47).
Un núcleo de confianza y humor
El éxito de Padre no hay más que uno se adscribe al hecho de que Santiago Segura ha sabido construir una familia propia dentro y fuera del plató de rodaje. La diversión se ha dado entre escenas y fuera de ellas, y eso se nota. El cineasta no solo ha trabajado en las cinco entregas con su hija Calma Segura, de 17 años, también ha sabido rodearse de algunos de sus mejores amigos en la industria: Leo Harlem, Loles León, Toni Acosta, Silvia Abril o Diego 'El Cejas'... compañeros de profesión que han acompañado al director en varios de sus proyectos y con los que ha conseguido elevar sus películas. También ha tenido un rol primordial su mujer, la maquilladora María Amaro. Aunque la pareja mantiene una vida sentimental alejada de los focos, apostando por la privacidad, su presencia en las diversas presentaciones y alfombras rojas ha sido un apoyo fundamental para el director.
Tampoco ha dudado en pedir consejo a los mejores cómicos. Compañeros de profesión como José Mota siempre se quitan el sombrero para hablar (y alabar) al creador. No en vano, el cómico y ex de Cruz y Raya habló en una entrevista concedida hace dos años a El Debate sobre el consejo que Segura le pidió antes de estrenar la primera película de la franquicia. "Me llamó y me dijo 'amiguete, ¿tú qué harías?'. Y yo le dije 'si fuera tú, quizá esperaría. Me parece una locura enfrentarte a esto, no sabes cómo te puede ir...'. Pero él lo tenía muy claro y tiró para delante. Me quito el sombrero con lo que hizo. Fue un gesto muy valiente y muy generoso", admitía entonces sobre su decisión de estrenar en pandemia.
No ha sido el único que se ha rendido ante él. Toni Acosta es una de sus grandes defensoras, pues le ha agradecido en innumerables ocasiones el "regalo" que ha supuesto interpretar a Marisa en la ficción. "Santi es un valiente y punto", declaró la actriz en su Instagram en agosto de 2020. "A mí la vida me ha regalado una segunda familia", añadía en otra publicación en la que se podía ver al equipo del largometraje en el parque temático de Disneyland París. "Foto de cuando fuimos muy valientes y soñamos acabar una película para alegrar a la gente en tiempos complicados", añadía entonces sin saber lo mucho que le iba a aportar su personaje.
Quizá sea aún más especial que sus hijas Calma y Sirena Segura (11 años) le hayan acompañado durante este viaje personal y profesional. Ambas hicieron su debut en pantalla en el año 2019, coincidiendo con el estreno de Padre no hay más que uno, y no se han separado de él desde entonces. De momento han seguido los pasos artísticos de su progenitor, que parece haber encontrado una mina de oro en las adaptaciones de corte blanco (y alejadas de la estela de Torrente, el proyecto con el que consiguió forjarse un nombre propio). La Gran Familia de Fernando Palacios fue su referente a la hora de dejar atrás a su policía castizo, aunque por aquel entonces ya había rodado cintas como Sin Rodeos (2018) o A Todo Tren. Destino Asturias (2021).
El brazo tonto (y exitoso) de la ley regresa
Antes de Padre no hay más que uno, Santiago Segura se coronó en taquilla con la saga Torrente: el policía más machista, racista y antihigiénico del cine. Un auténtico fenómeno que cambió la industria en España y que volvió a situar la comedia popular en primera plana. Resucitando a Alfredo Landa o Manuel Ozores, y con un claro guiño al icónico Luis Buñuel, Torrente (una torre de pisa formada por cinco películas) se erigió como un clásico instantáneo. La primera cinta se estrenó cuando todavía se pagaba en pesetas en España, en el año 1998, y acabó recaudando un total de 71.561.000 euros y fue vista por 14.539.000 espectadores.
Con el cierre del árbol genealógico más exitoso del cine, Santiago Segura ya está moviendo los hilos para recuperar al oficial menos serio y más cañí del país. Su idea es poder estrenar la nueva película en 2026, aunque todavía no ha comenzado a rodarla y todo está en paños menores. "Llevo cuatro años dándole vueltas a hacer 'Torrente, presidente' y yo creo que al final tendré que buscar una forma de hacerla", ha contado este miércoles a los medios que han acudido a la presentación de Padre no hay más que uno 5. Sin duda, tiene hilo del que tirar en todo lo que a actualidad política se refiere.