A lo largo de sus casi diez años de meteórica carrera como actor, hemos visto a Jaime Lorente en situaciones de lo más dispares: protagonizando el atraco del siglo, en La casa de papel; liderando la Reconquista, en la piel de Rodrigo Díaz de Vivar, en la serie El Cid; sacando su lado más rebelde en Élite… Hasta agitando abanicos al ritmo de Disco, Ibiza, Locomía, mientras interpretaba al fundador el grupo español que arrasó a finales de los 80 y principios de los 90.
Sin embargo, ninguna de esas escenas, que le han convertido en uno de los actores españoles más admirados en todo el mundo —con más de once millones de seguidores en Instagram—, es comparable al momento que vivió el pasado sábado 7 de junio, cuando protagonizó un "sí, quiero" de cine con la estilista donostiarra Marta Goenaga.
Ambos se conocieron en 2016, mientras trabajaban en la primera temporada de La casa de papel y antes de que estallara el fenómeno televisivo mundial. Es verdad que, entonces, Jaime tenía pareja y que su noviazgo no comenzó hasta cinco años después.
Sin embargo, una vez que surgió el amor entre ellos, el actor y la estilista tuvieron claro que eran los mejores compañeros de vida. Su romance se hizo público en septiembre de 2021, justo cuando ¡HOLA! desveló que ambos se preparaban para convertirse en padres. Meses después, anunciamos que había nacido Amaia. Ya en mayo de 2023, aumentaron la familia con el la llegada del pequeño Luca.
Aunque su relación ya estaba más que consolidada y su compromiso de vida estaba más que afianzado, gracias a sus dos hijos, Jaime y Marta quisieron dar un paso más en su relación y se propusieron celebrarlo con todos sus más allegados este fin de semana. Y, de igual manera, compartir este día tan especial con los lectores de nuestra revista, cediendo imágenes desinteresadamente.
Su boda de cine estuvo cargada de emociones y romanticismo, pero también de alegría y diversión. Ni el sol de justicia que había esa misma tarde —los termómetros registraron temperaturas que superaban los 30 grados— derritió los ánimos de los novios ni de sus cerca de 300 invitados.
De hecho, todos ellos empezaron a soñar en cuanto entraron al castillo de Batres, que es donde se celebró de su enlace. Sin duda, un escenario de lo más especial. Tanto es así que esta fortaleza-palacio, levantada entre los siglos XV y XVI, sirvió de inspiración a Garcilaso de la Vega, poeta clave de Renacimiento. No obstante, el castillo multiplicó su magia gracias a una elegante decoración floral creada para la ocasión.
Invitados de cine
Como era de esperar, Jaime y Marta contaron con la compañía de personalidades del mundo del cine y la televisión, del que forman parte. Entre ellos, Álvaro Morte, otro de los protagonistas de La casa de papel, o Álvaro Cervantes, con el que el novio trabajó en la película 42 segundos. También estuvieron presentes el productor Daniel Écija, exmarido de Belén Rueda, con el que Jaime trabajó en Cristo y Rey y quien acudió con su actual pareja, la guionista brasileña Veronik Mendes, o el cineasta Kike Maíllo, quien dirigió al actor murciano en el biopic sobre Locomía.
Entre los 300 invitados, se encontraban amigos procedentes el mundo del cine y la televisión, como Álvaro Morte —el Profesor de La casa de papel—, Álvaro Cervantes y el productor Daniel Écija
Alrededor de las 18:00 horas, cuando el calor empezaba a dar algo de tregua, Jaime Lorente inició su camino hacia el altar, que estaba preciosamente adornado con rosas blancas. Lo hizo del brazo de su madre, mientras un piano con acompañamiento de cuerda interpretaba la marcha nupcial.
Marta tampoco se hizo esperar demasiado y, acompañada de su padre, sujetaba en brazos al pequeño Luca, mientras la mayor de sus dos hijos, Amaia, portaba las alianzas en un cofre de cristal y entre guirnaldas florales.
Para este día tan especial, la novia apostó por un vestido de Rosa Clará que se ajustaba a su espectacular figura. Se trataba de un diseño asimétrico, de corte sirena con adorno cut out, confeccionado en encaje con malla de pedrería y crepé bielástico. La estilista lo combinó con unos pendientes sencillos en forma de lágrima y un velo de tul completamente liso, de dos metros y medio, sujeto a su melena recogida.
Por su parte, Jaime Lorente optó un chaqué de corte clásico, aunque le dio un toque moderno al elegir un tejido color azul marino para su confección. Fue el mismo color que escogió para su corbata, a topos. Y en la pechera, una rosa blanca, como las que componían el bouquet de la novia.
Sus hijos, los otros protagonistas
La ceremonia contó con varios momentos mágicos, como cuando la pequeña Amaia, la mayor de los dos hijos de Jaime y Marta, se sentó junto a sus "papás" para ser testigo de todo lo que estaba pasando en "primera fila".
De hecho, la niña, de tres años y medio, provocó las risas de los asistentes en varias ocasiones. Otros de los momentos más divertidos fueron provocados por las sombrillas chinas de papel con las que los invitados se resguardaban del sol. Igual de inolvidable fue cuando Jaime y Marta se dieron el "sí, quiero".
Tras aceptar el compromiso, el actor no dudó en levantar a su ya mujer en brazos, protagonizando así otra escena sacada de película. También fue especialmente emotivo cuando los contrayentes recibieron una de las creaciones de la ilustradora María Muñoz de Fernando, que les dibujó en el transcurso de la ceremonia.
Los hijos de la pareja protagonizaron varios momentos divertidos y emocionantes. Por ejemplo, cuando la novia caminó hacia el altar con su hijo pequeño en brazos o también cuando su hija mayor quiso intervenir en el transcurso de la ceremonia
Finalizado el enlace religioso, comenzó la cena, que no se sirvió de una forma tradicional. Es cierto que Jaime y Marta habilitaron mesas alrededor del estaque del castillo, pero los novios quisieron que el banquete se sirviera a modo de cóctel, para que sus familiares y amigos pudieran interactuar en todo momento y para que la celebración fuera más animada.
De esto también se encargó el Grupo Claqueta, que, durante toda la velada, versionó canciones de C. Tangana; el mítico Aserejé, de Las Ketchup, y otros éxitos de pop español. El menú lo confeccionó el chef Ramón Freixá y estaba compuesto por productos del mar ("pescaíto" frito, anchoas, berberechos, navajas…) y de la tierra (desde jamón ibérico hasta torreznos).
También había corners donde, a modo de show cookings, se cocinó arroz con sepia, rape, pulpo, butifarra de Perol y gamba roja, al tiempo que otros asaban a la parrilla chuletones de vaca, que acompañaban con patatas fritas.
Para el fin de fiesta, Jaime sorprendió a su ya mujer montando una discoteca en el interior de una carpa de circo. No faltaban ni arlequines ni trapecios que colgaban de la lona
Había una vez...¡un circo!
Ya de noche y con la luz de los chandeliers, Jaime y Marta cortaron la gran tarta nupcial —de cinco pisos—. En ese mismo instante, comenzó a sonar Sweet Caroline, el clásico de Neil Diamond, incitando así a los invitados a bailar. De esta forma, se inauguró la gran fiesta, que continuó en una auténtica carpa de circo, haciendo un guiño al biopic de Ángel Cristo, que Jaime protagonizó, aunque le dio un toque arty al inundarlo de arlequines y otros personajes de la Commedia dell’Arte.
Pero en lo que de verdad se convirtió aquello fue en una auténtica fiesta que estuvo animada por los hermanos DJ Ramón y Jaime Erasun. Todos los invitados bailaron hasta bien entrada la madrugada, aunque los más entregados fueron los novios, ya que Jaime ya había avisado en algunas entrevistas que le encanta bailar.
Para hacer frente a la madrugada, Marta se cambió de vestido y eligió otro diseño asimétrico más desenfadado, con una lazada en su hombro izquierdo. Sin duda, una fiesta perfecta en la que no se dejó ningún detalle a la improvisación gracias al buena hacer de la weddding planner Priscila Llorens, quien ya se había encargado previamente de las bodas de influencers como Marta Lozano y Alexandra Pereira o futbolistas como el exblaugrana Denis Suárez o el francés Aymeric Laporte No nos extraña que Jaime se refiriera a su boda como "el mejor día de mi vida", tal y como confesó a sus seguidores tras la celebración.