Dieciocho años después de la desaparición de Madeleine McCann en Praia da Luz, Portugal, la policía ha puesto en marcha una nueva operación de búsqueda que, según recogen medios británicos citando fuentes cercanas a la investigación, podría ser el “último intento” para esclarecer el caso antes de que el único sospechoso, Christian Brueckner, quede en libertad.
Una búsqueda contrarreloj
La nueva fase de la investigación arrancó el 3 de junio en los alrededores del complejo vacacional donde la pequeña, de entonces tres años, fue vista por última vez en 2007. Esta vez, los agentes del BKA (la Oficina Federal de Policía Criminal alemana) han acudido al terreno con una tecnología más avanzada: un radar de penetración terrestre capaz de escanear hasta 4,5 metros bajo la superficie.
La zona de búsqueda comprende 21 terrenos privados entre Praia da Luz y una antigua casa de campo que Brueckner alquiló años antes de la desaparición. Según una fuente portuguesa, los trabajos se centran en pozos, ruinas y depósitos de agua, lugares que podrían haber pasado desapercibidos en investigaciones anteriores.
Nueva pista sobre Madeleine
Christian Brueckner, de 48 años y nacionalidad alemana, se encuentra actualmente en prisión por la violación de una mujer estadounidense en 2005, también en la zona de Praia da Luz. Su condena concluye el 17 de septiembre de 2025, y los fiscales alemanes temen que, si no consiguen pruebas concluyentes antes de esa fecha, quede en libertad sin que se le hayan imputado cargos relacionados con Madeleine McCann.
“Es ahora o nunca”, declaró una fuente vinculada a la investigación. La policía alemana ha recibido recientemente una nueva pista que los ha llevado a reiniciar las excavaciones. Se trata de una información proporcionada por un testigo tras el juicio de Brueckner en 2024, que apuntaba a la posibilidad de que el cuerpo de la niña —o su pijama— pudiera haber sido arrojado a unas trincheras excavadas en la zona en la época de los hechos.
Christian Brueckner: el único sospechoso
Aunque Brueckner niega cualquier implicación en el caso McCann y no ha sido formalmente acusado, es el único sospechoso oficial. Su historial delictivo y los detalles que rodean su vida en Portugal han alimentado durante años la hipótesis de su vinculación. La policía localizó su teléfono móvil en la zona de Praia da Luz la misma noche de la desaparición, y durante registros anteriores se descubrieron pruebas inquietantes: documentos, fotografías, ropa infantil y juguetes enterrados junto al cuerpo de su perro en una propiedad en Alemania.
Además, su patrón de conducta —volver a lugares relacionados con delitos anteriores— y las declaraciones de un testigo que aseguró haberle escuchado confesar el crimen en un festival de música en España, refuerzan las sospechas.
La búsqueda más reciente
La Policía Judicial portuguesa ha confirmado que la operación se lleva a cabo a petición de la Fiscalía de Braunschweig (Alemania) y bajo autorización del Ministerio Público portugués. Todas las pruebas recabadas durante esta búsqueda serán entregadas a los agentes alemanes, encargados de la investigación.
Esta búsqueda es la primera en suelo portugués desde mayo de 2023, cuando se inspeccionó la presa de Arade —un lugar que Brueckner llamaba su “pequeño paraíso”— sin obtener resultados. También se han realizado registros en 2014 y 2020, incluyendo excavaciones con perros rastreadores y radar, y búsquedas en varios pozos, sin éxito.
Un caso que sigue conmoviendo al mundo
Madeleine McCann desapareció el 3 de mayo de 2007 mientras dormía en el apartamento familiar durante unas vacaciones en el Algarve junto a sus dos hermanos. El caso ha generado una cobertura mediática sin precedentes, convirtiéndose en uno de los misterios sin resolver más notorios de las últimas décadas. Sus padres, Kate y , nunca han perdido la esperanza y siguen reclamando justicia.