Cristina Pedroche se encuentra en un momento muy especial. A punto de ser madre por segunda vez, posa espectacular para ¡HOLA! y nos habla, como nunca antes, de su pequeña Laia, que pronto se convertirá en hermana mayor -"Me da todo el tiempo besos en la tripa y me abraza"- y, también, de su relación con Dabiz Muñoz. Sobre todo ahora que, estos últimos tiempos, no han cesado los rumores sobre una supuesta crisis en su relación.
—¿Os afecta emocionalmente o habéis aprendido a no darle importancia?
—Cuando empezaron a inventarse esa supuesta crisis, me pareció absurdo. En otras ocasiones, cuando se han inventado tonterías, siempre he salido rápido a desmentirlas, pero esta vez pensé: "¡Qué tontería!". Es algo que simplemente se han sacado de la nada y, encima, tengo que ser yo la que lo desmienta. Sobre todo cuando ya sabían que me estaba mudando. Es ridículo. No le doy importancia, porque es totalmente falso.
Mis padres viven en una casa pequeña en Vallecas, así que no podíamos vivir todos juntos ahí. Por eso era mucho más cómodo para mí y para la niña, y también por la ayuda que recibo, que yo estuviera con ellos y Dabiz se quedara en el hotel donde está DiverXO. Pero él venía todos los días por la mañana, al mediodía y por la tarde a vernos a ambas. Solo con eso ya deberían entender que no hay ningún problema entre nosotros.
—¿Cómo viviste ese regreso a tu hogar de infancia, ya convertida en madre y contando con el apoyo de tus padres?
—Fue maravilloso, aunque el primer día fue un poco caótico, porque la casa es pequeña y éramos muchos. No sabíamos muy bien cómo movernos y Laia estaba un poco perdida, pero feliz, porque tenía a sus abuelos las 24 horas. Estaba encantada, yendo y viniendo de la cama donde yo dormía con ella a la de mis padres sin parar. Entre sueño y sueño, parecía como estar en Disneyland. Volver a mi barrio fue increíble: reencontrarme con la gente, con mis primos, a quienes veo muy a menudo... Pero lo más especial fue vivir el barrio de verdad y contar con el apoyo diario de mis padres. Me siento afortunada.
—¿Te ha dolido ver que se cuestione vuestro momento más bonito, la paternidad, por simples rumores?
—¿La verdad? No. Vivimos en una sociedad donde es tan fácil difundir mentiras y cuestionarlo todo, donde todo vale por el clickbait y para generar visitas. En realidad, es mejor que estén hablando de eso, porque, si no, estarían inventado otra mentira distinta. Yo sé que todo es falso y que estamos bien, por tanto, que sigan diciendo lo que quieran.
—¿La paternidad os ha unido más como pareja?
—Más bien como equipo. Como pareja, a veces nos cuesta encontrar esos momentos íntimos, porque tenemos a la niña pegada a nosotros todo el rato.
—Ya verás cuando nazca el bebé...
—Claro, ya sé cómo va a ser, pero la verdad es que Dabiz y yo nos queremos muchísimo. Nos admiramos y respetamos tanto que, incluso en medio del caos, siempre encontramos una mirada, un gesto, una caricia o un beso. Por ejemplo, los sábados siempre nos escapamos a comer o cenar solos, una cena romántica o comida tranquila, solo nosotros dos. Y durante el día, aunque sea un ratito, siempre encontramos esos cinco minutos para ponernos al día, para darnos un beso, un abrazo; no descuidamos la relación.
—Estar embarazada ya es un proceso intenso, pero además has vivido una mudanza y has cuidado de Laia. ¿Cómo has gestionado todo a la vez?
—Ha sido complicado, la verdad. Todavía tengo un montón de cajas sin abrir y cosas metidas a borbotones en los armarios. Organizarlo todo ha sido una locura. Primero tuve que dejar todo en la casa de mis padres, donde no cabía ni la mitad de las cosas; llevarlas a un almacén; luego, a la casa nueva, y ahora, a colocar todo. Ya lo haré cuando pueda.
He aprendido a relajarme un poco, a aceptar que no puedo hacerlo todo en un día. Me digo: "Pues lo haré mañana, o pasado, o cuando pueda". Estoy aprendiendo a fluir y a no agobiarme, a decirme que no es tan importante tenerlo todo perfecto ya. Además, los muebles no llegan cuando te dijeron, no tienes cocina ni sofá, a veces ni la cama. Pero yo pienso: "Tenemos comida y amor y eso es lo que importa". Así que, aunque todo sea un caos, sé que saldrá bien.
"La paternidad nos ha unido más bien como equipo. Como pareja, a veces nos cuesta encontrar esos momentos íntimos, porque tenemos a la niña pegada a nosotros todo el rato"
—¿Qué planes tienes para después del parto?
—La verdad es que nada. Más allá de dedicarme al niño, no tengo ningún plan especial.
—¿Habrá nuevo libro sobre maternidad?
—Pues en principio no. Si acaso, si vuelvo a escribir sobre este tema, será porque me haya generado muchos miedos o emociones intensas, pero, ahora mismo, no. Eso sí, sigo escribiendo porque para mí es una terapia, un desahogo. Ya tengo cosas escritas, pero no tengo planes concretos para publicar algo nuevo sobre maternidad. Quién sabe, quizá en un futuro, pero, por ahora, no.