Marisa Yordi de Borbón, conocida por su cercanía con algunas de las figuras más importantes de la alta sociedad española, se enfrenta a una nueva etapa marcada por la profunda pérdida de su marido, Alfonso de Borbón y Escasany, quien ha fallecido a los 80 años y que era el amor de su vida. Durante más de cinco décadas, la pareja ha sido una de las más estables y emblemáticas del panorama social español. Su matrimonio con Alfonso, hermano del Duque de Sevilla y primo segundo del Rey Juan Carlos I, fue considerado uno de los más discretos pero al mismo tiempo deslumbrantes de la aristocracia española. Juntos, formaron un tándem de gran elegancia, manteniéndose siempre alejados de los focos mediáticos a pesar de su estatus.
Marisa, además de ser la esposa de Alfonso, es una mujer de gran presencia en el mundo de la moda y el lujo. Irrumpió en la alta sociedad sin quererlo y, por su belleza natural y su saber estar, terminó siendo un referente de elegancia. Y no solo en Marbella. En Madrid la veíamos vestida de Givenchy en cenas de alto nivel, o posando con un espectacular Chanel en París junto a Carmen Martínez Bordiú. El nombre de Marisa de Borbón ha sido siempre sinónimo de glamour y distinción. Aun así, fue su amiga Isabel Preysler quien siempre ha estado a su lado, compartiendo momentos de complicidad. Ambas han formado una dupla tan poderosa que se rumoreaba que fue Marisa quien consiguió la casa malagueña para la familia Preysler-Boyer, donde compartían buenos momentos durante los veranos.
La figura de Marisa ha sido admirada por su elegancia, por su discreción y por su manera de llevar su vida en la sombra del gran apellido Borbón. Tras el fallecimiento de su marido, se enfrenta a un nuevo capítulo en su vida. Ahora, como madre de sus dos hijos, Alejandra y Alfonso de Borbón, quien es la pareja de Eugenia Silva. Aunque su presencia en los medios de comunicación ha sido limitada en los últimos años, su reconocimiento sigue intacto en los círculos más exclusivos de la aristocracia española. A pesar de su retiro de la vida pública, Marisa ha mantenido su influencia y presencia en momentos significativos, como su reciente apoyo a su amiga Cari Lapique tras la pérdida de su hija Caritina y su marido.
Hoy, el estandarte de esa elegancia heredada es Eugenia Silva, pareja de su hijo Alfonso de Borbón. La madrileña también es íntima de su suegra y ambas comparten su mayor pasión, la moda. La modelo, una de las figuras más reconocidas del panorama español, también ha brillado con luz propia en las pasarelas y en los eventos más exclusivos, llevando siempre consigo la impronta de la alta costura. Y lo más interesante es que, en muchas ocasiones, Eugenia ha optado por rescatar vestidos del armario de su suegra, Marisa, quien aún conserva piezas que deslumbran por su sofisticación. Así sucedió en 2018, cuando Eugenia conquistó a todos en la boda de Marta Ortega y Carlos Torretta, luciendo un vestido negro de Versace que, aunque era de su suegra Marisa, la colocó entre las invitadas mejor vestidas de la velada.
Hoy, Marisa Yordi de Borbón se enfrenta a su nueva realidad, siempre con el recuerdo de un amor que ha perdurado por más de medio siglo, y con la fortaleza que la ha caracterizado durante toda su vida. En los próximos días, su familia y seres queridos la rodearán con apoyo, pero el vacío dejado por Alfonso será un reto que llevará con la misma discreción que ha mantenido en los últimos años.