La lucha del millonario fundador de Lululemon por curar la enfermedad rara que padece

Casado y padre de cinco hijos, Chip Wilson, de 67 años, fue diagnosticado con distrofia muscular facioescapulohumeral hace más de tres décadas

Por Paloma Anaya

Chip Wilson, fundador del gigante de ropa deportiva Lululemon, abandonó la junta directiva de la firma de ropa de yoga en 2013 después de ser criticado duramente después de sus polémicas declaraciones en las que decía que algunos cuerpos de mujeres simplemente no son adecuados para los leggins de la firma. Ahora ha vuelto a criticar "toda la diversidad e inclusión" de la cadena, así como su uso de personas "no saludables" y "enfermizas" en los anuncios, algunos de los cuales ahora presentan modelos que él considera "no inspiradores".

No obstante, una década después de apartarse de la firma y quedarse con tan solo el 8% del negocio, Wilson, de 67 años, sigue siendo millonario y su patrimonio asciende a 6.500 millones de euros, según Forbes. Wilson ha seguido invirtiendo en numerosas marcas deportivas, incluida Amer Sports, una empresa deportiva con sede en Finlandia, propietaria de Arc'teryx, Tencent, Salomon, Atomic y Wilson Sporting Goods. Se ha asociado con Anta Sports y Tencent, pero ha dedicado gran parte de sus esfuerzos a luchar contra la enfermedad incurable que padece.

 A Wilson le diagnosticaron distrofia muscular facioescapulohumeral (FSHD) cuando tenía 32 años, antes de convertirse en multimillonario. Comenzó a tomar clases de yoga para hacer frente a la pérdida de músculo y fue durante estas sesiones donde se le ocurrió la idea de fundar Lululemon en 1998. A pesar de haber sido diagnosticado con esta enfermedad hace más de tres décadas no hizo pública su enfermedad hasta el año pasado. El magnate ha emprendido una ardua lucha y se ha comprometido a donar el equivalente a casi 70 millones de euros a una nueva organización creada por él, Solve FSHD, para erradicar la enfermedad antes de 2027. 

"Solve FSHD acelerará el desarrollo de fármacos y terapias con fondos insuficientes para detener la degeneración muscular, aumentar la fuerza muscular y mejorar la calidad de vida de las personas que viven con esto", declaró Wilson, que tuvo que dejar de jugar al squash hace 10 años porque ya no podía levantar una raqueta sobre su cabeza. En la actualidad tiene dificultades para caminar, se mueve con rigidez y es propenso a caerse. Sabe que su tiempo es limitado y más tarde o más temprano acabará en silla de ruedas, pero de momento pone todos sus esfuerzos en tratar de que se investigue en ralentizar la progresión de la enfermedad o curarla por completo. "La FSHD es de progresión lenta. Es debilitante, pero no pone en peligro la vida. Y creo que esa es la otra razón por la que no ha habido mucha investigación", señaló la directora ejecutiva de Solve FSHD, la Dra. Eva Chin, que opina que la investigación ha ido destinada a enfermedades musculares más graves, como la distrofia muscular de Duchenne. 

Wilson se somete a un tratamiento experimental y regularmente recibe inyecciones de plasma de 90 minutos de duración en la espalda y las piernas, una técnica que los atletas profesionales suelen utilizar con éxito para aliviar el dolor de las rodillas o curar lesiones. No está claro si esta misma técnica puede funcionar para este tipo de distrofia muscular, pero está dispuesto a intentarlo. "Tengo la cantidad adecuada de dinero en el momento adecuado. Y estoy dispuesto a correr riesgos", revela Wilson, que vuela dos veces al año a México para recibir una inyección de células madre para tratar de luchar contra esta enfermedad que afecta a 870.000 personas en todo el mundo. Está casado con Summer Wilson, la diseñadora de la marca que él mismo fundó, y tiene un total de cinco hijos. Dos de sus vástagos son de un matrimonio anterior y él y con Summer dio la bienvenida a tres hijos más. La pareja reside en Vancouver, donde Wilson vive desde 1986.

-El diagnóstico de una enfermedad rara puede alargarse hasta 10 años