Cinco años después de su divorcio

Así fue el polémico matrimonio de Arantxa Sánchez Vicario y su ex Josep Santacana, que se enfrentan a 4 años de cárcel

La extenista y su exmarido van a ser juzgados en Barcelona por presunto alzamiento de bienes

Por Paloma Anaya

La historia de Arantxa Sánchez Vicario y Josep Santacana es la de un matrimonio roto, con dos hijos y al que se suman serios problemas financieros que han puesto contra las cuerdas a una leyenda del tenis de nuestro país, que atraviesa el peor momento de su vida.  Hoy martes 12 de septiembre empezará el juicio por el que la tenista se enfrenta a cuatro años de prisión por presunto alzamiento de bienes y a pagar más de seis millones de euros de responsabilidad civil. Es difícil de asimilar cómo una campeona del tenis mundial que lo tuvo todo ahora lucha por vivir de la caridad de otros. "Saco adelante a mis hijos gracias al dinero que me dejan los amigos", confiesa la que fue número uno del tenis mundial y ganadora de tres Roland Garros. 

Arantxa Sánchez Vicario conoció a Josep Santacana en el año 2007 en Ibiza. Ella era la mejor tenista española de la historia y él, un empresario de dudoso prestigio.  Los padres de la tenista, en su afán por proteger a su hija, ordenaron una investigación con una agencia de detectives para conocer su procedencia y tras conocer el resultado le alertaron del peligro que corría al lado de este empresario con deudas y problemas judiciales. Marisa y Emilio se opusieron a su boda, celebrada el 12 de septiembre de 2008 en el castillo de Peralada, trataron de que ambos firmaran unas capitulaciones matrimoniales donde la fortuna de la tenista quedaría a salvo, pero Santacana se negó y ella le apoyó. A partir del sí, quiero' comenzó el verdadero calvario para Arantxa.

Por su marido se enfrentó a su familia, rompió con sus padres y hermanos, y comenzó una nueva vida en la que dejó todo atrás. Puso tierra de por medio, marchándose a vivir a Miami, donde crecieron sus hijos Arantxa y Leo, que ahora tienen 14 y 11 años respectivamente. Y en el año 2012, instada por su marido, publicó un libro ¡Vamos! Memoria de una lucha, una vida y una mujer, en el que denunciaba la gestión que sus padres habían hecho de las ganancias que había obtenido durante su exitosa carrera tenística - 45 millones de euros- e incluso acusaba a su hermano Javier de tener más posesiones que ella cuando su carrera profesional había sido muchos menos fructífera.

Con el tiempo se dio cuenta de que su mayor error fue confiarle toda su fortuna y nombrarle el gestor de su patrimonio, a pesar de las advertencias de su familia. "No me arrepiento de haber dado todo por amor, me arrepiento de haberle dado el control de todo lo que tenía. Tenía que haber separado el amor del resto de mi vida", llegó a confesar Arantxa en las páginas de la revista ¡HOLA!, sobre el drama de su vida y donde concedió su primera y valiente entrevista después de su divorcio.

Después de años de enfrentamiento con su familia, llegó el perdón de una madre a su hija. "Mi madre está conmigo aun habiéndole dado mil patadas. Me ha demostrado lo que es el amor incondicional, señalaba mientras se lamentaba de haber acusado y de haber sido muy injusta con su padre, que falleció en 2016: "Me hubiese gustado despedirme diciéndole lo mucho que lo quería”, decía en las páginas de ¡HOLA!

Josep Santacana pidió el divorcio de Arantxa Sánchez Vicario en febrero de 2018 y solicitó la custodia de sus hijos. Se llevó todas las pertenencias de la tenista, incluso sus trofeos, y la dejó en la ruina más absoluta.  El exmarido de la tenista, que gestionaba todo el patrimonio de su esposa, se habría hecho con el control del total de su fortuna, que ascendería a varios millones de euros, invertidos por sociedades de la tenista en distintos países fuera de España.

-Arantxa Sánchez Vicario admite su culpa pero se declara víctima de su exmarido

Ese mismo año el Banco de Luxemburgo pidió a la titular del juzgado de instrucción número 4 de Barcelona que ordenara el ingreso en prisión de la tenista Arantxa Sánchez Vicario y de Santacana, en el marco de la querella en que le exige el pago de una deuda de algo más de 6 millones de euros. La deportista a día de hoy vive en un apartamento de alquiler en Miami con sus hijos y la mitad de lo que ingresa va directamente a las arcas del Banco de Luxemburgo para pagar la deuda. A partir de ahora habrá que ver qué sucede en la vista oral que comieza hoy 12 de septiembre -fecha que coincide con el que hubiera sido su 15º aniversario de su boda con Josep Santacana- y que culminará el 15 en los juzgados de Barcelona.