La respuesta de los empleados de Twitter al duro ultimátum de Elon Musk que le pone contra las cuerdas

Han presentado su dimisión cientos de ellos, haciendo que departamentos clave de la compañía queden bajo mínimos

Por Elena Villegas

No, las personas no están dispuestas a pasar por cualquier situación a cambio de un sueldo. Y mucho menos si son empleados cualificados con sobrada experiencia. Los trabajadores de Twitter lo han dejado claro ante el ultimátum que les había impuesto el nuevo dueño de la red social, Elon Musk: o asumían duras condiciones laborales, con una carga y presión desmedidas (que pasa por dormir en la oficina si hace falta), o podían presentar su dimisión, por la que recibirían una compensación económica equivalente a tan solo tres meses. La respuesta a las exigencias de Musk, contrarias a los derechos laborables, ha sido clara: han renunciado en masa.

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El ultimátum lo anunció el martes por la tarde y les daba un plazo de 36 horas para responder. Tenían de margen hasta las 17.00 (las 23.00, hora española) de este jueves para responder. El resultado ha sido que cientos de empleados han optado por abandonar. Eso, unido al despido de la mitad de la plantilla y al goteo incesante de destituciones antes y después de eso, está poniendo en serio aprieto no solo al magnate, sino a la continuidad de la red social.

Departamentos como el encargado de la moderación de contenidos y el de soporte están bajo mínimos. De hecho, algunos de quienes han renunciado han podido acceder al sistema con sus claves personales, según informa El País, lo que sería un claro indicativo de que los trabajadores que tendrían que darles de baja tampoco están.

Por eso, aunque Musk ha cerrado hasta el lunes la sede de San Francisco para evitar que los empleados boicoteen la empresa, de poco le sirve, puesto que podrían hacerlo remotamente. Pero no, no hay ningún boicot, aunque sí una burla directa a él que puede haberla hecho cualquier, no necesariamente un excontratado: en la noche de este jueves, se ha proyectado en la fachada de la sede de Twitter en San Francisco, frases cortas a modo de tuit con insultos al ‘tuitero jefe’.

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"La prueba de que Elon Musk es idiota", "Bebé en bancarrota" o "Niño mediocre" son algunas de las 'lindezas' que el hombre más rico del mundo ha tenido que leer sobre sí mismo y, junto a él, cientos de ciudadanos que pasaban por allí y que no han dudado en inmortalizar el momento con fotos o vídeos. 

Insultos a parte, lo de que esté próximo a la bancarrota (si no él, al menos Twitter) puede ser real, como él mismo advirtió hace unos días. Con lo que no contaba es con que cientos de trabajadores se irían voluntariamente. Sus previsiones al presentar el ultimátum estarían muy lejos de la cifra final de renuncias.

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Elon Musk, sin embargo, lejos de tomar conciencia de sus decisiones, se lo toma con sorna. Así, en el último hilo de tuits que ha escrito en su perfil se ríe de la situación: "¿Cómo hacerse con una pequeña fortuna con las redes sociales?", se pregunta. "Comienza por una grande. Deja que se hunda y… acabamos de registrar otro máximo histórico en el uso de Twitter".

A pesar de ese desafortunado comentario, la compañía se habría quedado con menos de 1.000 empleados, según señala la prensa estadounidense. Una cifra más que escasa, teniendo en cuenta que, hace tan solo un mes, contaba con unos 7.500. La consecuencia directa es que muchos anunciantes se están retirando hasta ver el rumbo que toma la red social. Y sin publicidad… por mucho que se incremente el uso de Twitter por parte de los usuarios, los beneficios no serán tampoco los esperados.