Virginia del Río, exreportera de 'Aquí hay tomate', relata su experiencia tras perder a su bebé en la semana 39 de gestación

El 24 de enero de 2018 falleció su hijo Uriel y su vida cambió para siempre

Por hola.com

Cristiano Ronaldo y Georgina Rodríguez se enfrentan a unos dolorosos momentos tras perder a uno de los niños que esperaban con gran ilusión. Un duro mazazo al que tristemente se enfrentan mucho padres en nuestro país puesto que en España hay dos mil bebés que fallecen pasadas las 24 semanas de gestación o durante el primer mes de vida. La que fuera reportera de El programa de Ana Rosa, Virginia del Río, ha querido compartir su experiencia y contar cómo se puede afrontar el duelo perinatal o gestacional. La periodista perdió el 24 de enero de 2018 a su hijo Uriel en la semana 39 de embarazo, un instante que cambió su vida por completo. 

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Virginia ha afirmado que es un duelo muy difícil y muy específico porque está "poco autorizado", ya que tenemos muy pocos datos sobre las circunstancias en las que ha fallecido el bebé. En casos así, muchas personas se apresuran a decir "eres joven, tendrás más... es algo que se dice siempre desde el cariño, con el ánimo de apoyar y de dar aliento", ha explicado en Sálvame la que fuera reportera de Aquí hay tomate. Pero no es un proceso sencillo y la periodista ha proseguido asegurando que "la realidad es que un hijo nunca sustituye a otro".  Algo que considera fundamental que hay que tener claro para que "la sociedad evolucione y ese duelo pueda ser un poco más visible, para que se respete el dolor de las familias y para que estos niños tengan un lugar en el mundo", un tema que trata de visibilizar a través de su blog Tengo una estrella.

"No se muere uno y hay otro. Georgina y Ronaldo esperaban dos hijos y ha fallecido uno. Evidentemente, el tener que cuidar a su hija y la ilusión y la felicidad que les va a dar su pequeña les va a ayudar con el duelo, pero el duelo por su hijo existe y va a existir. Y lo tienen que atravesar, trabajar y transformar para poder seguir adelante y aprender a vivir con ese dolor", ha afirnado rotunda.

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Virgina ha narrado su caso, un durísimo momento que fue "muy dramático" para ella. La periodista ha continuado contando que fue muy "corto en el tiempo" puesto que ella tenía "un embarazo sano, saludable y perfecto, sin ningún problema o contratiempo". Con esos antecedentes nada hacia presagiar el terrible desenlace que iba a tener lugar. La reportera se levantó un día y había dejado de notar al feto algo que "era muy raro porque se movía muchísimo". Ha explicado que el movimiento del bebé es un síntoma de bienestar fetal y que, días antes, cuando estuvo en monitores y en la revisión con su ginecólogo había preguntado que si era normal que se moviera tanto, a lo que le respondieron que esa era una muy buena señal siempre. 

La periodista ha desvelado que a la mañana siguiente cuando dejó de notar al bebé se preocupó porque "no era normal" e hizo todo lo que mandan en las clases de preparación al parto: "tomé algo dulce, me recosté sobre el lado izquierdo... y nada". Virginia seguía sin sentir a Uriel y se dio cuenta de que algo no iba bien. "No podía llegar a comprender, o no quería entender lo que podía estar pasando, porque luego con el tiempo me he dado cuenta de que no quería saberlo, no me lo quería creer", ha confesado con gran sinceridad. Habló con su ginecólogo, al que encontró muy tranquilo puesto que la había reconocido el día anterior y estaba todo bien y la invitó a que fuera al hospital para que en monitores viera al bebé y se quedara tranquila. En un testimonio desgarrador, Virginia, ha contado con gran aplomo que fue "al hospital y me cambió la vida, porque solo encontraban mi latido y al hacerme una eco me dijeron: "lo siento, no hay latido".

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Desde ese instante, Virginia ha reconocido que empezó "otra vida para mí. Se cerró la que había vivido hasta ese momento y comenzó otra en la que he tenido que aprender a caminar de nuevo, echándole de menos". La periodista había planeado un futuro en el que todo giraba en torno a su hijo y fue muy duro encontrarse con "el cuarto, la cuna, el carrito... ¡tenía la vida preparada para él!". Un embarazo consta de 40 semanas y la reportera perdió a su bebé en la 39, un durísimo golpe ante el que no es fácil rehacerse. Virginia había elegido ser madre en solitario, por lo que ha afirmado que, al darse esa circunstancia, "un hijo siempre te cambia la vida, pero yo tenía que tenerla todavía más organizada porque iba a ser el sostén de mi familia monoparental y, de repente, te encuentras desolada".

En aquel momento la reportera sintió como si " el suelo hubiera desaparecido bajo mis pies", porque empezó a ver que "lo iba a ser hasta ese momento, ya no era. Y me di cuenta de que la linea que separa la vida de la muerte es muy fina, es un instante. Un instante antes mi hijo estaba vivo y, uno después, estaba muerto y una parte de mí con él", ha reflexionado. Virginia ha mandado también un mensaje de esperanza y ha afirmado que "se puede volver a ser feliz, si haces un duelo saludable, si elaboras un buen duelo. Se puede volver a ser feliz. Ni más, ni menos, sino de otra manera", ha apuntado. "Tu hijo siempre va a ir en tu corazón y te acompaña a todas partes. Yo vivo echándole de menos y pensando ojalá fuera de tal manera, ojalá estuviera aquí.. eso no quiere decir que yo no haya salido de mi duelo. Yo mi duelo lo trabajé muy bien, obviamente, con ayuda psicóloga sin la que no estaría hablando cómo lo hago ahora, ni me encontraría como me encuentro a día de hoy", ha aseverado con gran aplomo.

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Para poder superar una situación tan dramática, Virgina, buscó ayuda externa. "Yo busqué ayuda, desde el primer momento, por mi cuenta, porque sabía que este duelo tenía unas emociones que yo no sabía gestionar y necesitaba una guía, una persona que me aportase herramientas. Y gracias a eso, al trabajo tan duro que hicimos las dos en terapia y, a hablar de él, que es otra cosa a mí me ha ayudado muchísimo. Hablar de él como el hijo que yo tuve y que se murió", ha afirmado con seguridad. 

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Durante el transcruso del programa le han preguntado sobre si para superar este momento es bueno despedirse del bebé. Virgina ha respondido que hay diferentes teorías al respecto. En el hospital los dos primeros médicos que la atendieron "me recomendaron que sí, pero yo no fuí capaz", ha confesado. Virginia ha explicado que es algo que habló con su psicóloga la misma noche del parto antes de dar a luz en el centro médico porque "me insistían tanto que yo pensaba: A ver si no lo voy a ver y no voy a tener vida nunca más. Porque si no lo veo ahora ya no lo puedo ver nunca". No fue una decisión fácil, pero tras valorarla se dio cuenta de que "yo no podía hacer nada por él. Si con haberlo visto le hubiera podido devolver la vida... pero no podía hacer nada por él, solo lo podía hacer por mí, y la persona que yo era en ese momento entendía que, si lo veía, que no sabía en que circunstancias me lo iba a encontrar, igual no podía seguir viviendo con ese recuerdo". 

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No ver al bebé no fue una decisión fácil de tomar, pero Virginia ha asegurado que "gracias a haber trabajado muy bien su duelo, no he arrastrado sentimiento de culpa". Ya que tal y como ha explicado entendió que "uno no puede juzgar desde el presente las decisiones del pasado". Ha afirmado que, tal vez en este momento, decidiría otra cosa, pero "desde la persona que soy ahora. Y en aquel momento creí que no lo iba a soportar". La periodista ha reconocido haber tenido "muy buena suerte porque el que lo vio fue mi hermano y, por recomendación de mi psicóloga, le hizo una foto". Al tiempo Virginia encontró fuerzas de donde no las había tenido y le pidió a su hermano que le enseñara la imagen, algo que ha calificado como "un regalo, porque es la foto de mi hijo, que yo he compartido con mis seguidores para dar visibilidad al proyecto solidario con el que trabajo y al duelo perinatal que es algo muy traumático, que hay que trabajar muy bien para que no te deje secuelas a nivel psicológico". 

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En su intervención, Virginia ha querido recomendar que cada uno "haga lo que le pida el cuerpo en ese momento. Y sea la decisión que sea, que luego la trabajen para que la culpa no te consuma". Un consejo que da desde su propia experiencia porque es lo que ella hizo. Cuando le comunicaron que solo estaba su latido, no le dieron los motivos por los que el bebé había fallecido, por lo que lo primero que le vino a la cabeza fue el sentimiento de culpa por si había hecho algo mal. En ese momento la ingresaron y comenzaron a hacerle pruebas por si había algún virus o algo, pero "te adelantan que en 60% de los casos nunca se sabe lo que ha ocurrido" y la explicación que te dan es que "es una muerte súbita intraútero". Las causas a día de hoy se desconocen pero "a lo mejor dentro de cinco años sí se saben, porque la medicina haya avanzado un poquito más. Ahora hay muchas muertes que se relacionan con un fallo inmunológico, es algo en lo que se está avanzando mucho en los últimos tiempos". 

En 2018, cuando Virginia perdió a su bebé no existía el protocolo que hay ahora en estos casos, por lo que no se dio ayudá psicológica, ella recurrió a su terapeuta de siempre. Pero ha reconocido que no es fácil encontrar a una persona y costearlo y cree que es "muy importante que el hospital te la facilite". No sabe si la gestante lo sufre más o cómo vivirá el duelo Cristiano Ronaldo puesto que ella decidió ser madre en solitario pero el "vinculo que se crea con tu bebé con la gestación es muy fuerte, el tener que parirlo... porque todos los niños nacen, vivos o muertos, pero nacen. Cada uno vive su propio duelo: los abuelos, los padres, los tíos... y no siempre se encuentran en el mismo punto", pero que, sin duda, es una circunstancia difícil de asumir para todos.