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Angelina Jolie se convirtió en la gran protagonista de un acto celebrado en la Casa Blanca por la firma del presidente Joe Biden de la reautorización de la Ley de Violencia contra la Mujer (VAWA). Satisfecha y sin poder borrar la sonrisa de su rostro, la oscarizada actriz y embajadora de Buena Voluntad de Naciones Unidas se presentó en Washington para celebrar este gran logro acompañada de su hija Zahara, que sigue los pasos de su madre al convertirse en una firme defensora de los derechos de las mujeres.
Elegantísima con un vestido midi en color beige, de mangas abullonadas, y adornado con un cinturon de la firma Valentino, la protagonista de Eternals llegó al Salón Este de la Casa Blanca acompañada de su hija, de 17 años, que para la ocasión se recogió el pelo en dos coletas y lució un abrigo marrón de lana, acompañado de unas Converse.
-La increíble colección de vestidos que las hijas de Angelina Jolie podrían reciclar
Jolie ha desempeñado un papel clave en las negociaciones por esta ley que ha sido aprobada tras expirar en 2019 durante el mandato de Donald Trump y celebró el momento histórico con una publicación que compartió con sus seguidores. “Hoy pienso en todos los niños y familias que ahora tendrán una mejor oportunidad de una vida libre de violencia. También pienso en todas esas mujeres y niños para quienes esta legislación llegó demasiado tarde”, escribió la estrella de Holllywood. Y quiso dar las gracias a todas los líderes que han hecho posible que está ley haya salido adelante.
La estrella de Inocencia interrumpida visitó hace un mes el Capitolio de Washington también acompañada de Zahara para apoyar a las víctimas de la violencia de género y reclamar a los líderes del Senado su apoyo renovando esta ley. Entonces se oyeron sus súplicas y la actriz no pudo reprimir la emoción al pedir que se prestara atención a las mujeres que sufren. "La razón por la que muchas personas luchan por salir de situaciones abusivas es porque las han hecho sentir inútiles. Cuando hay silencio de un Congreso demasiado ocupado para renovar la Ley de Violencia contra la Mujer por una década, se refuerza esa sensación de inutilidad. Piensas, 'supongo que mi abusador tiene razón, supongo que no valgo mucho", clamaba. Antes de su ponencia destacó que su hija se sentía "agradecida y honrada" de participar activamente en esta importante cita, que afortunadamente ha tenido sus frutos. Y madre e hija han celebrado este momento histórico con la mayor de las satisfacciones.
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