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Marta Pombo se ha sentado con el youtuber Luc Loren para hablar de salud mental, un tema que nos afecta a todos, pero que todavía sigue siendo tabú. La influencer, de 30 años, ha contado que sigue yendo a terapia para superar la depresión que padece. "Ahora mismo estoy bien, tranquila. No todos los días son buenos, pero eso no quiere decir que esté mal. Creo que mi concepto de estar bien ha cambiado", ha comenzado diciendo.
Para la influencer la depresión no es una enfermedad desconocida, ya que su madre, Teresa Ribó, la ha padecido en algunos momentos de su vida. "No entendíamos sus pocas ganas de vivir, sus pocas ganas de hacer las cosas, su falta de entusiasmo, de vitalidad... eso es una depresión. Y yo no quería salir de la cama, pero además, no quería pensar, quería desconectar mi cerebro y no estar. No sentía ilusión por nada, nada me motivaba, no podía pensar en un futuro porque no veía un camino...", ha relatado. "Ahora me siento más conectada con mi madre, sé un poco los sentimientos que tiene dentro, pero es muy difícil acompañar a un persona con depresión porque eres tu misma la que no quieres saber nada del mundo".
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Marta fue por primera vez al psicólogo en febrero de 2020, antes de la pandemia, y fue una "catarsis". "Yo era una persona muy sumisa decía a todo que sí, miraba más por el resto que por mí, sentía la necesidad de complacer al resto para estar bien. Yo era la gran olvidada", ha añadido. Desde hace un año, está en manos de una psiquiatra con la que ha conectado a la perfección. "No solo me medica, también me hace terapia", ha aclarado. "Estoy deseando que me quite la pastilla, pero confío en sus tiempos".
La influencer considera que su "declive" coincidió con su "auge en redes sociales". "Me perdí a mí misma, me cree un personaje que no era, un personaje para gustar al resto", ha contado. Además, ha confesado que separarse de Luis Giménez no fue nada fácil y que a día de hoy "esa ruptura me sigue haciendo un nudo en el estómago". "Fue terrible, un punto de inflexión y de caída. Es algo que no me esperaba. Los dos veíamos que la relación no estaba funcionando, pero no queríamos ver la realidad porque llevábamos diez años y es mucha vida juntos. Era muy doloroso ver que no nos aportábamos para bien, pero que a pesar de eso nos seguíamos queriendo muchísimo. Sumado a la opinión publica. La gente pensó que el problema era Luis y esa masacre contra él me dolía muchísimo", ha confesado con total sinceridad. También "hubo un problema familiar con el que no contaba" y ese cúmulo de circunstancias provocó que cayera en depresión.
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"No fue una depresión muy tremenda, yo creo que ha sido un cuadro muy leve, porque hay a gente que le lleva hasta el extremo del suicidio. Para mí ha sido un proceso durísimo, pero del que sigo viva y del que estoy saliendo reforzada", ha analizado durante la conversación con Luc Loren. Marta ha reconocido que llegó a pensar en el suicidio "levemente". "Dejé las pastillas de golpe porque me estaban engordando y yo me sentía bien, y a los días me vino el bajón máximo y dije: 'Si me desconecto, ¿qué pasa?' y asusta mucho. En ese momento pensé: 'Ponte las pilas porque hay mucha gente que te quiere y tienes mucha vida por delante'. Siempre hay salida, siempre hay esperanza", ha declarado.
Además de en su familia y en sus amigos, la influencer encuentra el apoyo necesario para seguir adelante en Luis Zamalloa, su actual pareja. "Me aporta muchísima tranquilidad mental, que es lo que necesito y más valoro. Tiene un corazón enorme. Me apoya en todo. Entiende mi situación, me acepta tal como soy, con mis días buenos, con mis días malos, siempre quiere saber más de mi para ayudarme cuando no estoy bien".
Por último, Marta ha desvelado a qué se quiere dedicar en un futuro. "Quiero montar una tienda de muebles y decoración y dedicarme a eso toda la vida", pero de momento su sitio está en las redes sociales. "Es un mundo en el que no quiero estar mucho tiempo, pero si ahora estoy es porque le puedo dar un toque de realidad".
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