Jennifer Gates, la hija mayor del matrimonio más poderoso del mundo, se casa este fin de semana en Nueva York. La primogénita de Bill y Melinda Gates por fin pronunciará el ‘sí, quiero’ con el jinete y empresario egipcio, Nayel Nassar, con quien se comprometió en enero de 2020, pero se vio obligada a posponer su boda debido a la pandemia. La novia ya está en Manhattan para las nupcias y ha sido fotografiada junto a su madre en el icónico hotel plaza de la ciudad de los rascacielos, escenarios de películas como Solo en casa 2, El gran Gatsby o Cocodrilo Dundee.
Bill Gates tambien ya ha aterrizado ya en la Gran Manzana para ejercer de orgulloso padrino en un día que será inolvidable para toda la familia. A bordo de un helicóptero, el fundador de Microsoft, de 65 años, aterrizó en el helipuerto de Nueva York junto a un pequeño grupo de familiares y amigos, vestido de manera informal con vaqueros, una camisa polo y una bolsa de cuero marrón. La llegada de Bill a Nueva York ha sido más discreta que la de su exmujer Melinda Gates, que también llegó en helicóptero el pasado lunes con amplio séquito y ropa de exclusivas marcas, un jersey rosa palo de Givenchy y una bolsa negra de Balenciaga. Madre e hija aprovecharon para hacerse su puesta a punto antes del gran día en el salón de belleza M de Tribeca, que ofrece servicios de manicura, pedicura y masajes.
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Los futuros contrayentes se han alojado en el hotel Greenwich de Manhattan, cuyas habitaciones oscilan entre 730 euros y 2155 por noche. Jennifer Gates, de 25 años, y su prometido millonario Nayel Nassar, de 30 años, llegaron acompañados de un amplio equipo de seguridad, compuesto de siete guardias y cuatro vehículos. La boda tendrá lugar mañana sábado en la impresionante finca de caballos de 50 hectáreas en North Salem, Nueva York, que sus padres le regalaron en 2018 después de graduarse en la Universidad de Stanford y que está valorada en 14 millones de euros.
Los novios ultiman los detalles de la celebración que será al aire libre, pero que han levantado varias carpas enormes y diversas estructuras de acero y cristal, por si las inclemencias del tiempo les impiden llevar a cabo sus deseos. Siendo hija del que fuera uno de los matrimonios más poderosos del mundo, entre la lista de invitados incluirá destacados dignatarios venidos de todas las regiones del mundo. "Será la fiesta más grande que haya visto nuestra ciudad", comentan los vecinos, dado el gran despliegue con el que han contado los novios para la celebración y el impresionante dispositivo de seguridad que hay en la zona.
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Pese al divorcio de sus padres el pasado mes de mayo, la boda transcurrirá con absoluta normalidad. La expareja continúa trabajando unida en su fundación. Bill y Melinda finalizaron su divorcio en agosto, tres meses después de que anunciaran su separación, y su fortuna de 128.000 millones de euros ha sido dividida en partes iguales. Jennifer fue la única de los hijos de la expareja que quiso hablar públicamente sobre el dolor que les había causado a ella y sus hermanos el divorcio de sus padres: "Tanto el resto de miembros de la familia como yo estamos aprendiendo ahora mismo la mejor manera de procesar este difícil período y agradecería el espacio para poder hacerlo". Jennifer señaló que aún "no sé cuál es la mejor forma de llevar ni el proceso, ni mis propios sentimientos", pero quiso agradecer las muestras de afecto recibidas: "Quiero que tengáis en cuenta que vuestras palabras y ánimos significan muchísimo para mí".
Resuelto el divorcio de sus padres, Jennifer Gates pudo celebrar su despedida de soltera el mes pasado en la gran mansión familiar en Washington. Su madre, Melinda, fue la gran anfitriona de la velada, a la que asistieron la familia y las amigas más cercanas de la novia. La hija de Bill Gates compartió diversas fotos con sus seguidores mientras disfrutaban de un cóctel en su casa frente al lago antes de disfrutar de una agradable comida al aire libre. "Gracias por esta celebración increíblemente especial Melinda", le dijo Jennifer a su madre.
Jennifer Gates y Nayel Nassar cuentan las horas para pronunciar el 'sí, quiero' más de un año y medio después de que anunciaran su compromiso en enero de 2020. "No puedo esperar para pasar el resto de nuestras vidas aprendiendo, creciendo, riendo y amando juntos", compartió Jennifer mientras respondía de forma rotunda a la propuesta de matrimonio de su pareja. "Sí, un millón de veces".
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