Las anécdotas de la boda de Jaime Martínez-Bordiú y Marta Fernández

Repasamos los momentos clave de la ceremonia que tuvo lugar el pasado 7 de abril en una notaría de Madrid. ¿Sabían que la novia improvisó su look cinco minutos antes? ¿O que tras el convite se marchó al dentista?

Boda Jaime Martínez Bordiú

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El pasado miércoles 7 de abril, tras casi 12 años de relación, Jaime Martínez-Bordiú y Marta Fernández se convirtieron en marido y mujer. El sencillo acto tuvo lugar en la notaría de su buen amigo Luis Pérez-Escolar, ubicada en la calle Fortuny, de la capital. Los novios llegaron a las dos del mediodía, acompañados de cuatros testigos. Uno de ellos fue el sobrino mayor de Jaime, Luis Alfonso de Borbón, hijo de Carmen Martínez-Bordiú. El duque de Anjou tenía una comida prevista para esa hora pero cuando, el día anterior por la noche, su tío le propuso asistir a su matrimonio por sorpresa no se lo pensó. Con esa llamada comenzó una boda que nadie esperaba y que pilló a todo el mundo, incluidos los hermanos e hijo de Jaime y los padres de Marta, por completa sorpresa.

Boda Jaime Martínez Bordiú©Fernando Junco
Jaime Martínez-Bordiú y Marta Fernández posan en el restaurante Saddle, de Madrid, junto a sus testigos y un par de amigos. De izquierda a derecha, Javier Tudela, Francisco Freire, Paloma Segrelles, Luis Pena y José María de Ulloa y Suelves.
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Una despedida al son de Juan Magán

El enlace del menor de los siete hijos de Carmen Franco, duquesa de Franco, y Cristóbal Martínez-Bordiú, estuvo lleno de anécdotas. La primera de ellas fue la manera en la que la novia recibió la noticia de que se casaba. “El viernes antes de Semana Santa, yo estaba en el aeropuerto. Me fui de vacaciones a Punta Cana, a la casa que mi buena amiga Raquel Bernal, ex mujer de Álvaro Muñoz Escassi, tiene allí. Jaime me llamó y me dijo: “Me han llamado del juzgado. El expediente está listo, así que el viaje se acaba de convertir en tu despedida de soltera”. Así pues, Marta llegó a casa de su amiga y organizó una gran fiesta. Para contar con solo un día, consiguió que Juan Magán y Henry Méndez actuaran en la despedida. Al evento asistieron algunos españoles que se encontraban también en República Dominicana de vacaciones: Beltrán Gómez-Acebo y Andrea Pascual, Abel Matutes Prats, Javier Hidalgo…

Un pantalón de Missoni y unos gemelos de Franco

La pareja tomó la decisión de casarse cuarenta y ocho horas antes. El lunes 5, después de que Marta regresara del viaje a Punta Cana, acudieron al juzgado para recoger el expediente matrimonial, que habían solicitado unos meses antes. Llevaron los papeles a la notaría y decidieron que se casarían dos días después. Una decisión improvisada a la que no le dieron ninguna importancia ya que para ellos era “un mero trámite”. De ese modo, Marta no fue a la peluquería ni preparó su look con antelación. “Me vestí cinco minutos antes. Me puse un pantalón de Missoni que me encanta y una chaqueta que compré hace tiempo en Marbella”, nos desvela Marta, quien, cuando pueda celebrarlo por todo lo alto, le gustaría lucir un diseño de Alexandre Vauthier. Por su parte, Jaime apostó por una blazer azul que adornó con un pañuelo, un pantalón gris y una camisa azul, que lució con unos gemelos con el escudo de armas de su abuelo, que hace años le regaló su abuela Carmen Polo.

Boda Jaime Martínez Bordiú©Fernando Junco
Para su boda, Marta eligió un pantalón de Missoni y una chaqueta que compró hace tiempo en Marbella. , Jaime apostó por una blazer azul que adornó con un pañuelo, un pantalón gris y una camisa azul, que lució con unos gemelos con el escudo de armas de su abuelo.

Un convite exprés

La misma mañana de la boda, Marta reservó una mesa para sus testigos y dos amigos en Saddle, el antiguo restaurante Jockey de Madrid, donde curiosamente su cuñada, Carmen Martínez-Bordiú, celebró su despedida de soltera la noche anterior a su boda con Alfonso de Borbón, duque de Cádiz. Jaime se decantó por un pichón. Marta, por un lenguado a la meunière. No se sirvió tarta, pero sí brindaron: “Yo no bebo alcohol y lo hice con una Coca-cola light on the rocks”, nos ha contado Jaime. Tras el almuerzo, los novios dejaron a sus invitados en el restaurante y se marcharon a hacer sus recados. “Esa era nuestra idea, hacer una boda que nadie se enterara y seguir con nuestros quehaceres diarios”. Jaime puso rumbo al masajista; Marta, al dentista. La flamante nueva miembro del clan Martínez-Bordiú acudió a su cita a bordo de un Ferrari, propiedad de uno de los testigos quien le ofreció a su chófer para acudir al dentista.

Noche de bodas en el Four Seasons

Tras abandonar el restaurante y hacer estos curiosos recados, pusieron rumbo al céntrico hotel Four Seasons, de Madrid. Allí, ya solos, cenaron en pareja en la brasserie del chef Dani García, ubicada en la terraza, desde donde se obtienen unas vistas espectaculares del centro de la ciudad y pasaron su noche de bodas en una de las suites del hotel. “Fue muy tranquila”, nos confiesa Marta. A la mañana siguiente, Jaime siguió con sus compromisos profesionales. El fin de semana viajaron fuera de Madrid. Están a la espera de celebrar una gran fiesta más adelante.

Boda Jaime Martínez Bordiú©Fernando Junco
Jaime y Marta cenaron en la ‘brasserie’ del chef Dani García, en el hotel Four Seasons.

Un anillo de Carmen Polo

La pareja se conoció en 2009 durante una fiesta en Madrid a la que estaban invitados. Rápidamente conectaron. Tanto es así que a los cuatro años de conocerse formalizaron su relación y se convirtieron en pareja de hecho. Pero su idea siempre fue casarse. Jaime sorprendió a Marta con un anillo de esmeralda que había pertenecido a su abuela, Carmen Polo, para pedirle matrimonio. “No hay que buscar el lado romántico, es todo más práctico e improvisado. Nunca me propuso: “¿Te quieres casar conmigo?”. Un día me dijo: “Mira este anillo”. Y yo: “Qué mono, me encanta”. Y ya. No fue especialmente romántico”. Y de la misma manera que empezó ha terminado. Sin duda, la improvisación es lo suyo.