Después de casi dos meses confinados en Madeira, Cristiano Ronaldo y Georgina Rodríguez ya están un paso más cerca de volver a la normalidad o, al menos, a la nueva normalidad. Según ha informado La gazzetta dello Sport, la pareja y sus hijos han conseguido autorización para volar en la de Funchal, la capital de la isla portuguesa, a Italia y este lunes ponían rumbo de vuelta a casa para que el futbolista pueda retomar sus entrenamientos con la Juventus de Turín el 18 de mayo. Hasta entonces, la familia debe cumplir con una cuarentena de dos semanas, de acuerdo con la normativa del país.
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Georgina Rodríguez ha compartido varias imágenes de las vistas desde el avión privado en las que se puede apreciar tanto las espectaculares vistas desde la ventanilla como el reflejo de los niños jugando para hacer lo más ameno posible el vuelo. La modelo parece encantada con la vuelta a la ciudad alpina a juzgar por el corazón con el que decora las fotografías a las que ha puesto de banda sonora la canción Válgame Dios, de Niña Pastrori. Las restricciones al tráfico del tráfico aéreo debido a las crisis del coronavirus han impedido a Cristiano unirse antes a los entrenamientos. Muchos de sus compañeros ya se han incorporado, aunque las sesiones no serán conjuntas hasta que todos los jugadores se hayan hecho el test del COVID-19.
Italia fue el primer país europeo en sentir los graves efectos de la pandemia y tras detectarse el primer positivo en la plantilla de la Juventus, el portugués comenzó su cuarentena en su isla natal. Allí llegó con Georgina y sus cuatro hijos y se instalaron en un exclusivo apartamento que posee en Funchal donde las primeras semanas disfrutó de la compañía de su madre, que además se recuperaba con éxito de un ictus, y de sus hermanas. Sin embargo, la vivienda se les acabó quedando pequeña y decidieron alquilar una lujosa villa situada frente al mar a unos 30 kilómetros de la capital.
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Vuelta a sus raíces
A pesar de este parón forzoso, tanto Cristiano como Georgina se ocuparon de no perder la forma durante el confinamiento. La pareja no ha dejado de compartir sus rutinas deportivas, individualmente o en pareja y muchas veces con la ayuda o la interrupción de sus pequeños. Además de no descuidar sus entrenamientos, también ha habido tiempo para cultivar otras habilidades. Así, Georgina sorprendía con su talento en la cocina, para lo que no dudó en recurrir a los sabios consejos de ¡HOLA! Cocina, y Cristiano decidía ¡ponerse a estudiar! Además, el delantero ha tenido la oportunidad de disfrutar sin prisas de la tierra que le vio nacer y mostrársela orgulloso a su familia.
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