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La cuenta atrás ha comenzado, queda exactamente un mes para la llegada de las Pascuas. Pero aunque aún hay días por delante para poder preparar con tranquilidad estas fiestas, Raquel del Rosario ya las ha dado por inauguradas. La cantante ha aprovechado el tiempo libre que da el inicio del fin de semana para decorar con mimo y detalle su casa de Los Ángeles: un altísimo árbol con luces, una gran estrella luminosa en la parte superior del abeto, lazos y bolas en color rojo y plata, adornos en forma de copo de nieve, pequeños muñecos de madera colgados... ¡Un auténtico cuento de Navidad!
En su domicilio, la artista ha conseguido generar un halo de magia, pero este ambiente no lo ha logrado sola sino que ha contado con dos ayudantes de excepción para adornar todo: sus dos hijos, Leo y Mael, de cinco y tres años, respectivamente. Los niños, muy cómodos en pijama, han colaborado activamente colocando algunas de las bolas en el árbol y también la guirnalda de luces. Además, lo han hecho bajo la atenta mirada de un peluche de Olaf -el famoso muñeco de nieve de la película de Disney Frozen- que el benjamín de la casa sostenía en sus piernas.
Tal y como ha contado Raquel en alguna ocasión, sus hijos tienen una excelente relación. Además, cuando los pequeños no tienen colegio, tanto ella como su marido, Pedro Castro, intentan hacer diferentes planes con ellos: van a la playa, disfrutan de escapadas a naturaleza, del contacto con los animales... Y también viven con intensidad las diferentes fiestas tal y como se pudo ver recientemente en Halloween, cuando la familia incluso visitó una granja con cientos de calabazas para elegir la mejor y convertirla en algo 'terrorífico'.
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La que fuera representante de España en Eurovisión 2013 con El sueño de Morfeo está a punto de despedir un año intenso y lleno de emociones. "Me siento abrumada, no sé qué decir ante esta oleada de cariño. Qué difícil es a veces abrir el corazón, mostrar nuestra vulnerabilidad, nuestros miedos y vergüenzas. Pero una vez lo hacemos, qué liberador es sentir cómo se produce una sanación", aseguraba el pasado mes de septiembre, cuando decidió compartir con todos los que la siguen el diagnóstico médico de su hijo Leo, quien tiene Trastorno del Espectro Autista (TEA).
"Llámenme loca, pero creo haber visto un gesto de agradecimiento en la mirada de Leo esta mañana. Además, ha usado por primera vez la palabra outside (afuera) para indicarme que quería salir a jugar... Abrir el corazón y dejar salir. Qué bonito ha sido leerles, descubrir a tantas familias de niños hada, que mágico es compartir y sentir que no estamos solos. Cada individuo es único, especial e irrepetible, y algunos vienen a recordarnos de una forma un tanto peculiar que el mundo necesita cambiar la mirada. Solo el amor es real", explicaba sobre la increíble respuesta que tuvo por parte de sus seguidores desde que hizo pública la noticia.
El deseo de Raquel es que a su hijo pequeño nadie le haga sentir diferente a los demás. En medio de la búsqueda de este objetivo se ha dado cuenta de que en la sociedad se usan palabras que "en un momento determinado decidieron así, sin darnos cuenta de la energía que poseen y de cómo pueden llegar a delimitarnos". Así, ha decidido cambiar esto y dejar de decir que Leo es una persona "discapacitada". De hecho, tal y como ha revelado en su blog, ha modificado la placa de parking que tienen y ha puesto la palabra "dotado".
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