Un poblado indio y un dragón: la increíble fiesta de boda de Pilar Rubio y Sergio Ramos

A pesar de la prohibición de introducir móviles algunos invitados revelaron a su llegada detalles impresionantes de la celebración

Por hola.com
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Era uno de los secretos mejor guardados después del espectacular vestido de la novia. La fiesta que Pilar Rubio y Sergio Ramos ofrecieron los más de 400 invitados prometía ser sorprendente y, a juzgar por las imágenes que han mostrado algunos invitados a su llegada a la Finca La Alegría de la localidad sevillana de Bollullos de la Mitación, el espectáculo de luces y atracciones que les esperaban no iba a decepcionar a nadie. La palabra "unicornios" en letras grandes daba entrada a la finca en la que había un poblado indio y una noria gigante entre otras muchas sorpresas, como la aparición estelar de los novios montados en un dragón a 100 metros de altura justo antes de que el grupo sueco Europe deleitase a los presentes con los sonidos más rockeros. Todo un despliegue hasta el amanecer que no ha dejado indiferente a nadie. 

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El hilo conductor de la fiesta fue sin duda el unicornio, que además de constituir una invitación personal e intransferible en forma de "tatuaje", también fue el postre del menú diseñado por el chef Dani García y que incluía langosta, espaguettis con trufa, rape y hamburguesa de kobe. Además, según han indicado en el programa Viva la Vida, Sergio Ramos llegó al banquete a lomos de una versión hinchable de este animal mitológico que además fue el obsequio que los novios ofrecieron a los invitados. La doctora Carla Barber ha compartido con sus seguidores el pequeño unicornio negro que recibió como recordatorio del enlace. 

Además de Europe, también amenizó la noche, aunque de manera virtual, el cantante Alejandro Sanz, que aunque sus compromisos profesionales le impedían estar en Sevilla, envió un vídeo con tres canciones suyas.  Asimismo, los invitados pudieron disfrutar del pequeño parque de atracciones al más puro estilo Coachella, que tenía hasta una churrería en su interior. Para llegar a esta fiel reproducción de una feria, se dispusieron unos buggies, como si de un campo de golf se tratase. El mismo carrito en el que ya de mañana, el futbolista Joaquín decidió descansar tras toda una noche de música, unicornios y mucha diversión.