Estamos acostumbrados a verla en pantalla interpretando a uno de los personajes más icónicos de Juego de Tronos. Sin embargo, Sophie Turner, Sansa Stark en la ficción, es mucho más y tiene otras inquietudes que van más allá de la interpretación. La artista se ha sentado en el programa Phil in the Blanks, donde se ha sincerado acerca de lo que le gustaría hacer en el futuro, ahora que la serie ha llegado a su fin, y también sobre su lucha contra la depresión y la presión de la fama. Contó que ha sufrido problemas mentales desde que era una adolescente: vivir en la casa familiar mientras estaba trabajando y el hecho de que sus hermanos y amigos se hubieran marchado a la universidad fue un detonante. “Llevo cinco o seis años con depresión. El mayor reto para mí es levantarme de la cama o salir de casa. Aprender a quererte a ti misma es el mayor de los retos”. En este sentido, admitió que su novio Joe Jonas es uno de sus grandes pilares (también hace terapia y toma medicación).
“Cuando alguien te dice que te quiere cada día hace que te quieras a ti mismo”. Incluso recordó que en alguna ocasión pensó en hacerse daño a sí misma cuando era más joven. La exposición pública, las críticas en las redes sociales sobre su peso y su talento como actriz durante las primeras temporadas de Juego de Tronos le afectaron. “Simplemente me creí que era gorda y una mala actriz. Me volví muy introvertida (...) No encontraba la motivación para salir o hacer nada, incluso evitaba ver a mis amigos”. En aquellos momentos se apoyó en su amiga y compañera de reparto Maisie Wiliams, porque ambas estaban pasando por la misma situación. “”Era la única a la que podría contarle todo. Nos quedábamos en casa juntas. Creo que ser tan amigas fue un poco destructivo porque estábamos pasando por lo mismo. Llegábamos de rodar, íbamos a un supermercado a comprar algo de comer y volvíamos a la habitación. No fuimos muy sociales durante esos años”.
Ahora, gracias a la medicación, la terapia y el apoyo de su prometido (su boda se espera que sea este verano), Sophie se confiesa más recuperada. “Estoy con alguien que me hace darme cuenta de que tengo algunas cualidades positivas, supongo”. En algunos momentos de esta entrevista, la intérprete se emocionó y no pudo contener las lágrimas, pues el Dr. Phil comentó que es muy valiente por contar lo que le ocurre y que ayudará a muchas personas. “La gente no debería avergonzarse. Mucha gente está afectada por problemas como depresión o ansiedad. Mucha más de la que se piensa (...) Todo lo que hay que hacer es hablar con alguien y podrás conseguir la ayuda que necesitas”.
Los planes de futuro de la intérprete pasan por tomarse un respiro de la interpretación, que es lo que lleva haciendo desde que finalizó el rodaje de la serie. “Sigo en mi paréntesis, me he tomado un tiempo alejada del trabajo para centrarme en mi salud mental porque pensaba que era importante”. Tiene dentro de poco, además de la reciente promoción de la última temporada de Juego de Tronos, el estreno de otro proyecto. “Acabo de estrenar la serie y en junio se lanza la última película de los X-Men en la que participé, así que me estoy preparando para una gran gira de promoción con ella”. Pero, ¿y luego? La respuesta sin duda es inesperada.
“Quiero hacer muchas cosas, no solo en el mundo del cine. Ahora mismo tengo un deseo real de ir a la academia de policía y convertirme en policía. Estoy fascinada por el crimen y por qué hace la gente esas cosas, por los interrogatorios y por cómo puedes manipular a una persona para que confiese. Eso me interesa”. ¿Cambiará el rumbo de su vida de esta manera tan radical o quizá lo hará con un nuevo papel en el cine?
