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Un reto nunca visto en televisión que terminó de la peor de las maneras. Roberto Rodríguez llegaba a la penúltima fase de Got Talent dispuesto a dejar con la boca abierta a los miembros del jurado, al público y a los telespectadores y a ganarse una plaza en la semifinal. Sin embargo, su actuación no salió como esperaba. Santi Millán preguntaba al fornido concursante 'entre bambalinas' cuál iba a ser la dinámica de su actuación, a lo que este respondió de forma tranquila y pausada generando un halo de expectación altísimo: "Me voy a tumbar entre los cuatro quads. Dos van a acelerar en una dirección y los otros dos en la contraria y yo con las manos los paro. Me ato los tobillos y… el tiempo que aguante". Una prueba de alto riesgo para la que tanto el presentador como los jueces tuvieron que trasladarse a las inmediaciones de Telecinco para que pudiera producirse. "La primera vez que Roberto hizo esto se pasó una semana sin poder moverse", advertía Millán, que contaba segundos antes que nadie en el mundo había hecho esto antes con quads, aunque sí con motos, que tienen una tracción mucho menor.
La UVI móvil estaba preparada para lo que pudiera pasar y, aunque confiaban en no tener que llegar a utilizarla, los peores presagios se cumplieron. Rodríguez no solo pretendía conquistar a la audiencia y pasar de fase con su ambicioso reto. Si conseguía aguantar que los vehículos de cuatro ruedas tirasen de sus extremidades durante 30 segundos, entraría automáticamente en el Libro Guinness de los Récords. Pero instantes después de que arrancasen los quads, el culturista soltaba amarras y, con gesto de dolor, se llevaba la mano a uno de sus hombros provocando que los sanitarios salieran rápidamente en su ayuda.
"Creo que hay números que no deberíamos permitir. Este nivel de ponerse al límite lo veo innecesario. Sinceramente. Lo digo como crítica constructiva. Me cuesta mucho ver a gente poniéndose así al límite para conseguir un premio. Creo que hay otras formas de demostrar el talento", decía Risto Mejide después de que Paz Padilla intentase rebajar la tensión, asegurando que no había habido fractura. "Me parece admirable. Tiene todo mi respeto y admiración por querer entrar en el Récord Guinnes, pero lo he pasado fatal. Para mí esto es como una tortura romana… una tortura medieval", añadía Eva Isanta. "Ha tenido una distensión del manguito rotador", aseguraba el jefe del equipo de médicos, mientras se llevaban al concursante al hospital. "No hay luxación y no hay fractura, pero tiene que hacer reposo", añadía.
Aproximadamente media hora más tarde, Santi Millán conectaba con Roberto desde el hospital a través de una videollamada, mientras recordaba que el aspirante aún formaba parte de la competición, pues en esta fase del Got Talent en directo, la audiencia era la encargada de decidir si quería que pasase o no a la siguiente fase del programa. "Roberto está bien, sufre una distensión muscular y que, por suerte, la cosa no va a más. Los números los eligen los concursantes, asumiendo el riesgo que conllevan", decía. Pero la suerte de Roberto Rodríguez no jugaba de su parte y el público consideró que, a pesar del riesgo y del accidentado resultado de su reto, su número no merecía un puesto en la semifinal.
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