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¡Por fin un día libre! Quizá es lo que pensaron Amaia y Alfred después de semanas de ajetreo y decenas de compromisos apuntados en su agenda. Después de la primera semifinal de Eurovisión, el dúo español disfrutó de algo de tiempo para descansar, antes de cumplir con la única cita del día que tenían anotada: la visita a la embajada española en Lisboa. No fue un evento cualquiera ya que se encontraron con una inesperada sorpresa y demostraron, de nuevo, que los fans, sean de la edad que sean, son tremendamente importantes para ellos. Y es que la pareja, que alcanzó la fama en OT, ha demostrado en este tiempo una gran empatía con todos aquellos que les admiran. Esta vez no podía ser menos.
Tras ser recibidos por el embajador española en la capital portuguesa, Eduardo Gutiérrez Sáenz de Buruaga, se hicieron algunas fotografías en los bonitos jardines de la residencia y se sentaron al piano para interpretar City of stars. También Alfred cantó solo el tema de Salvador Sobral, Amar pelos dois, mientras Manu Guix, el profesor de la academia que les acompaña en esta aventura, tocaba. Sin duda quienes les escuchaban, se volvieron a quedar sin aliento, ya que su magia casi se puede tocar cuando unen sus voces. En esta visita hubo alguien que recibió una pequeña dosis porque, ellos son la muestra, los sueños se cumplen.
Pedro es un niño que se quedó muy disgustado al comprobar que el dúo español no cantaba su tema en la semifinal del pasado martes día 8 de mayo, así que su madre consiguió que asistiera a la recepción en la embajada junto a su hermano. Tal y como cuenta el diario 20 minutos, Amaia y Alfred estuvieron hablando con ellos y firmaron el folio que había traído el pequeño de casa, dejándole tiernos mensajes. “Pedro, un beso enorme, ha sido un placer conocerte” escribió Amaia, a lo que Alfred añadió: “Hola Pedro. Sueña mucho. Lo demás... no tiene tanta importancia”. Ellos saben lo que es tener un deseo que, aunque parece imposible, se hace realidad, así que en su andadura fuera de la escuela han demostrado que quieren ayudar a otros a materializar sus ilusiones.
En su estancia en Lisboa ya lo hicieron con otro niño Rodrigo, que les había escrito una carta para que cantaran Tu canción en su escuela, el colegio Giner de los Ríos, en la capital portuguesa. Y allí visitaron al pequeño de siete años, que había seguido desde la distancia su participación en OT, e incluso le subieron al escenario para que les acompañara. “Lo que parecía un sueño inalcanzable se ha convertido en una realidad. Les mandamos la carta a través de la Embajada de España en Portugal, porque nos parecía que así tendríamos más posibilidades de que la leyesen y se concretase el deseo de nuestro hijo” explicaba Yolanda, la madre del pequeño. Se han convertido así Amaia y Alfred en magos que han devuelto la esperanza y demostrado que casi cualquier cosa es posible.
El próximo 12 de mayo se verá si esa legión de incondicionales que sigue sus pasos, celebra su triunfo en Lisboa. Seguro que todos cruzan los dedos para que también esta esperanza se convierta en un hecho.
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