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La muerte de Dolores O’Riordan, líder de la banda irlandesa The Cramberries, ha sacudido con fuerza el mundo de la música a nivel internacional. Una repentina e inesperada noticia que, a pesar del delicado estado de salud emocional de la intérprete, ni su familia ni sus seres queridos esperaban.
Es el caso de su pareja sentimental, Olé Koretsky: músico, productor y componente de la banda D.A.R.K (en la que cantaba O’ Riordan) y con el que Dolores compartía vida desde hacía dos años. Ajeno al fatal destino de la cantante, el artista y DJ publicaba una romántica instantánea en las redes sociales abrazando a su novia e informando a sus poco más de mil seguidores de sus planes para el primer día del 2018. “NYE: Comida para llevar, televisión y pijamas”. Un sencillo plan junto a una potente imagen que, tras el fatal desenlace de la irlandesa, cobra un nuevo significado. Aunque Koretsky no ha sido muy dado a compartir fotografías junto a Dolores, lo cierto es que, tras la noticia de su muerte, cualquier momento de ambos artistas juntos en las redes sociales ha servido de recordatorio de su breve y discreta historia de amor.
Dolores y Olé comenzaron su romance en el año 2015, aunque se conocían desde el 2009, cuando O’Riordan comenzó a colaborar con el grupo en el que ambos seguían trabajando. Su noviazgo arrancaba poco tiempo después de conocerse la separación de Dolores y Don Burton, manager de Duran Duran. Un matrimonio que duró veinte años, fruto del cuál nacieron sus tres hijos, Taylor, Molly y Dakota.
Aunque siguen sin hacerse públicos las razones de su sorprendente muerte (su familia ha pedido respeto y ha preferido no hacer públicos los motivos de su deceso), Scotland Yard ha comunicado que el fallecimiento de la artista no se debe a motivos “sospechosos”, aunque el caso sigue en manos de la justicia. Un suceso que se producía en Londres, donde Dolores se encontraba grabando un próximo trabajo. Curiosamente, y según han desvelado diferentes medios británicos como Daily Mail, O’ Riordan tenía planeado comenzar el martes la grabación de una versión de Zombie, uno de los grandes éxitos de The Cramberries en los 90. Una revisión del 'hit' que la artista interpretaría junto al grupo californiano Bad Wolves.
Antes de morir, y según informaba a la revista People Dan Waite (conocido productor musical), Dolores le había manifestado personalmente la ilusión que le hacía volver a interpretar la canción que le llevó a lo más alto de las listas de éxitos: “Me dejó un mensaje diciendo lo mucho que le gustaba la versión de Zombie de los Bad Wolves y las ganas que tenía de empezar a grabar con ellos. Su voz estaba llena de vida”. Unas palabras y un timbre de voz que chocan frontalmente con su fatídico destino.
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