María José Campanario y Jesulín de Ubrique iban a celebrar este sábado su 15 aniversario de boda con otro enlace que finalmente ha quedado aplazado. Sin embargo, el matrimonio no ha querido dejar pasar la ocasión y, tras verlos pasear de la mano el viernes, el matrimonio disfrutó de una jornada de playa en Málaga. Baños, mimos y besos fueron algunos de los gestos de amor y cariño que la pareja se dedicó sin importar los centenares de personas que les rodeaban.
La mujer del torero, tal y como ella misma contó a la revista ¡HOLA!, se encuentra ingresada en el centro hospitalario El Seranil con el fin de que le regulen "la medicación del dolor, el sueño y la alimentación” a consecuencia de la fibromialgia que padece.
Luciendo un favorecedor bañador negro y otro floreado de escote pronunciado y cubriéndose del sol con un sombrero y unas gafas en color azul, María José demostraba que avanza poco a poco hacia la recuperación. Ella misma declaraba recientemente que está "mucho mejor" e incluso en este proceso ha decidido realizarse un cambio de look, apostando por una melena más larga de lo normal y teñida de rubio.
La terapia que está recibiendo la odontóloga incluye las actividades al aire libre, motivo por el cual se ha dejado ver estos días dando un paseo por los alrededores del centro, realizando deporte en el mar o tomando un helado junto a su marido, y es que Jesulín de Ubrique se está volcando con su mujer, a la que no ha parado de demostrar que está a su lado en lo bueno y en lo malo.
En la playa, el matrimonio- que tiene dos hijos en común- se mostró muy cómplice, dejándonos instantáneas como estas, en las que posan a la orilla del mar, se besan y abrazan entre baño y baño o salen del mar de la mano. El torero ha estado toda la jornada atento a su mujer, ayudándola siempre en lo que necesitaba y compartiendo charlas y risas.
Los últimos meses han sido complicados para la mujer del diestro que ha sufrido varios ingresos por fibromialgia al padecer un dolor tan fuerte que la única manera de paliarlo era recibir medicación por vía intravenosa en el hospital. “Voy muy bien, ha costado mucho dar con el tratamiento acertado para mí porque hay muchos medicamentos que no tolero, pero ya están dando con el adecuado para que pueda hacer vida normal e intentar evitar acudir al hospital en cada crisis”, explicó a ¡HOLA!. “Necesitaba que me ayudaran a regular el sueño, no descansaba. He llegado a dormir tres horas en una noche y eso es muy difícil de aguantar”, aseguró Campanario, que ha ingresado de forma voluntaria. Este proceso además provocó que su alimentación se viera afectada y en la clínica un nutricionista que le ha puesto una dieta sana para que recuperar fuerzas.
