Han pasado veinte años desde que se dieran el “sí quiero”, una fecha sin duda tremendamente especial. El torero Enrique Ponce ha dedicado un romántico mensaje a su mujer Paloma Cuevas con motivo de su aniversario, recordando todos estos años de vida compartida. “¡Contigo los momentos son eternos porque haces que se detenga el tiempo cada vez que te miro a los ojos! Gracias por estos 20 años a mi lado, o yo al tuyo, por esa entrega absoluta de tu vida y tu amor hacia mí y por permitirme vivir toda una eternidad en tu corazón, junto a nuestras dos hijas a las que adoramos” ha escrito.
Una auténtica declaración de amor a la mujer de su vida, con la que aparece en una imagen precisamente del día de su boda. Fue el 25 de octubre de 1996 ante la Virgen de los Desamparados en la Catedral de Valencia cuando se unieron, en medio de una gran expectación –él ya matador de toros y ella la hija de Victoriano Valencia, uno de los grandes nombres de la lidia- y ante la mirada de familiares y amigos. Estaban compañeros de profesión del diestro como Óscar Higares, Espartaco, Curro Vázquez, El Soro, José María Manzanares, Rafi Camino y Francisco Rivera, entre otras personalidades reconocidas. En la fiesta posterior bailaron todos al ritmo de salsa y flamenco.
"Me casé con 22 añitos. Éramos muy jóvenes, y tenemos la gran suerte de seguir juntos y muy enamorados", comentó Paloma en una entrevista con la revista ¡HOLA!. En estos años han cumplido su deseo de formar una familia y sus dos hijas, Paloma y Bianca, han llenado la casa de risas y juegos. "Mis hijas son dos cascabeles en casa y nos han llenado la vida de una alegría inmensa. Doy gracias todos los días por tenerlas en nuestra vida, porque son la mayor bendición que Dios nos podía dar", declaró Paloma en la citada entrevista.
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Veinte años en los que han caminado de mano en una misma dirección, en los que Paloma ha sido la compañera del maestro que sigue enamorando con su arte en los ruedos. El pasado 2014 Ponce celebró sus 25 años en el mundo del toreo, como no podía ser menos con su mujer a su lado, y es que ella nunca falta allí donde él esté, tanto en los momentos dulces como en los amargos, porque en la vida de un diestro se mezclan ambos. “Es una profesión en la que la mujer pasa un miedo indescriptible, es impresionante el miedo con el que afrontamos cada tarde de toros, pero pensamos que él es feliz así, que es su profesión y que tenemos que sobrellevarlo de la mejor manera posible” aseguró entonces Paloma Cuevas.
Seguro que en un día como hoy brindan por todo lo pasado, por los veinte años de felicidad juntos, pero también por el futuro que aún les queda por delante.
