Amaia Montero: 'Retomar el contacto con La Oreja de Van Gogh está siendo muy bonito'

La artista se separó del conjunto hace siete años y continuó su carrera en solitario

Por hola.com

La música no es lo único que le toca el corazón a Amaia Montero. Las causas solidarias también ocupan un lugar muy importante en su lista de prioridades y así lo ha vuelto a reiterar en la presentación de un concierto que se hará para apoyar la lucha contra el cáncer de mama, una enfermedad con la que está muy “sensibilizada” ya que es algo que le toca de cerca. Su padre falleció de leucemia hace unos cinco años y su recuerdo está muy presente también en su nuevo disco, que se titula Si Dios quiere, yo también (ya lo estuvo en el anterior también). “Desde que se fue, estuvieron todos los discos muy marcados por su muerte. En todo está muy presente” comenta.

VER GALERÍA

 

Esta triste pérdida, unida al hecho de que no había parado en mucho tiempo, hizo que se planteara darse un respiro y por eso ha tardado más en lanzar el nuevo disco. “En estos años he estado reflexionando, necesitaba descansar y me he dedicado a componer. Esas circunstancias (se refiere a la muerte de su padre) fueron las más duras de mi vida y se juntaron con años de estrés y trabajo, necesitaba descansar un par de meses porque no he descansado más, la verdad”.

 

VER GALERÍA

Amaia asegura que no está dispersa (refiriéndose a si hay un amor en su vida) y que ahora está concentrada en este álbum. “Estas cosas ni se buscan, te las encuentras, nunca sabes en qué momento vas a conocer a esa persona. Tampoco tengo un prototipo definido, necesito alguien que mantenga una conversación que me interese y me haga reir mucho” dice sobre el amor. La artista se confiesa feliz por haber vivido distintas etapas en su carrera y el balance que hace de ellos es positivo. “He vivido la parte de la Oreja que fue increíble y ahora una carrera en solitario, que también es increíble. Estoy satisfecha de haber vivido etapas distintas, pero tan intensas, que me han enseñado tanto”.

Después de su separación del conjunto, La Oreja de Van Gogh, que estuvo marcada por un cierto distanciamiento y conflictos con sus compañeros, parece que poco a poco las cosas se han suavizado. “Es lógico que nos distanciáramos en un momento dado, por una ruptura de ese calibre, no es que fueran cosas malas, pero sí ha habido una desconexión porque ellos siguieron con sus cosas y yo con las mías”. Este acercamiento es algo que emociona a la intérprete. “Retomar el contacto es una de las cosas más especiales y emocionantes que está ocurriendo, estoy contenta”. Y es que sin duda hay un cariño que no ha desaparecido con el tiempo: “Son mis hermanos, crecimos juntos”.