Clara Rojas, la mujer que compartió con Ingrid Betancourt su cautiverio revela en un libro la experiencia del secuestro

Clara Rojas ha presentado hoy en Bogotá, su libro “Cautiva”, donde relata la experiencia que pasó durante los seis años que permaneció secuestrada por las FARC

Por hola.com
Clara Rojas ha presentado hoy en Bogotá, su libro “Cautiva”, donde relata la experiencia que pasó durante los seis años que permaneció secuestrada por las FARC.
Durante el tiempo que permaneció retenida Clara tuvo un hijo con uno de los guerrilleros que la custodiaban. No ha querido revelar la identidad de dicho hombre pero si agradece a la guerrilla, la asistencia recibida durante el parto y en los días posteriores al mismo.

Clara Rojas era la jefa de gabinete de Ingrid Betancourt cuando preparaba su candidatura a la presidencia de Colombia por el partido Verde Oxígeno. Ingrid, quería visitar una región de la selva colombiana llamada San Vicente del Caguán. Sólo dos días antes, el entonces presidente de Colombia, Andrés Pastrana había roto todos los contactos con la guerrilla de las FARC y había ordenado el levantamiento de la zona de distensión. El viaje era no sólo inseguro sino además inoportuno. La noche anterior del viaje, el jefe de seguridad de Ingrid llamó a Clara para explicarle el riesgo que tenía el viaje dado que era una zona no sólo controlada por la guerrilla si no que además no contaba con presencia militar desde dos días antes. Clara llamó después a Ingrid para convencerla para que no fueran pero Ingrid le contestó que si no quería ir que no fuera, que en cualquier caso, viajaría ella.

Tras esta negativa por parte de Ingrid Betancourt, Clara Rojas decidió acompañarla. Amistad, lealtad y confianza tuvo que sentir Clara Rojas para acceder a este peligroso viaje. Al llegar a la zona al día siguiente, las dos mujeres viajaban con un grupo de periodistas. Al acceder a la zona con un vehículo, fueron rodeados por la guerrilla y tras liberar a los periodistas que las acompañaban, fueron llevadas junto a la guerrilla al interior de la selva. 

La relación comenzó a romperse entre las dos al poco tiempo de estar retenidas. Hoy en día, su relación es prácticamente inexistente tal y como declaraba hoy Clara en el diario colombiano La Nación donde cuenta que “puede que hubiera situaciones en que ella actuó de alguna manera que a mi me afectaran, pero también soy conciente de que es posible de que yo tuviera algunas actuaciones que a ella le afectaran", aunque también recalca que probablemente se rompiera su relación más drásticamente cuando la guerrilla mandó una prueba de vida a los familiares de Ingrid y ésta la ocultó a la madre de Clara. De hecho, ésta reprocha que la decisión de no dar a conocer la fe de vida a sus parientes se debió "al temperamento y la forma de ser de ellos (familiares de Betancourt), como un excesivo celo por el protagonismo de Ingrid".

Recuerda también en el libro, la experiencia de ser madre y lo duro que fue para ella, que la separaran de Emmanuel al poco tiempo de nacer, para ser trasladado a un hospital y posteriormente a un centro de menores en Colombia. Al parecer, durante la cesárea que le hicieron en la misma selva, el niño se fracturó un brazo.
Es en este punto en el que Clara agradece también a sus secuestradores, que no la dejaran morir en la selva tras el parto. Reconoce que estaban muy atentos con ella, que la cuidaron y la respetaron. Al respecto, Clara declaraba que "En el momento del parto, (los guerrilleros) sí tuvieron gestos de humanidad para conmigo y por eso estoy viva. Finalmente sobreviví que es lo que cuenta al final"

Respecto al padre del niño, Clara no quiere revelar su identidad y confiesa que toda esa información la tiene reservada para su hijo.

No fueron pocos los momentos en los que pensaron escapara del secuestro. En un par de ocasiones, intentó huir junto a Ingrid pero en un caso fueron interceptadas por la guerrilla y en otros no lograron alejarse demasiado de los campamentos improvisados en los que convivieron.

Agradece enormemente a todo el mundo que pudo intervenir en su liberación. Al gobierno venezolano, pieza clave del resultado, el gobierno colombiano, el gobierno francés… No quiere entrar a opinar si el gobierno venezolano y las FARC tienen contacto y colaboración o si las FARC se financian gracias a que son una narco-banda o no. Reconoce que pasearon en más de una ocasión por los campos de coca que les rodeaba en la selva aunque también habla de la guerrilla, como un grupo que un día tuvo unos ideales comunistas y que hoy, no es más que una banda de jóvenes que lucha sin saber muy bien por que.

Reconoce que tras el secuestro ha recibido ofertas para incorporarse en distintos cargos políticos. Puede que la experiencia de un secuestro llene de humanidad los despachos de la política y así conseguir un proyecto de paz para Colombia.

El libro de Clara Rojas puede que signifique el carpetazo a una experiencia terrible que ya ha finalizado. Próximamente viajará por Europa para promocionar el libro.