Ingrid Betancourt, muy cercana y emocionada en Oviedo, a pocas horas de recoger el premio Príncipe de Asturias de la Concordia

La ex rehén de las FARC ha querido mandar un mensaje de paz y solidaridad con los secuestrados / Betancourt se ha rodeado de niños para hablar sobre cómo construir un mundo mejor

Por hola.com

Ingrid Betancourt llegó ayer a mediodía a Oviedo y desde entonces no ha parado un solo momento. El motivo de su viaje es recoger el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia que recibirá mañana de manos de Su Alteza Real Don Felipe, Príncipe de Asturias.

Un mensaje de paz para los niños
Por la tarde, Betancourt participó en un acto con niños, a los que animó a "soñar" con un mundo mejor y a trabajar para conseguirlo. Quiso explicarles que esto solo es posible mediante los valores de la paz y la verdad. "Vamos a reflexionar qué podemos hacer para soñar, para que en el futuro podamos hacer un mundo mejor", dijo a los pequeños la ex candidata presidencial colombiana.

"La guerra no sirve para nada, el problema se vuelve más grande", les dijo Ingrid a los niños. La reunión sirvió para que los pequeños empatizaran con los problemas que otros de su misma edad tienen en los países en vías de desarrollo. Betancourt les explicó que muchos de estos niños tienen necesidad de comer “pero la plata se la gastan en cosas para pelear, así que si tuviéramos una solución para que no hubiera guerras, nos ahorraríamos esa plata para hacer que en Colombia y en muchos países no hubiera pobres".

Uno de los momentos más emotivos lo protagonizó José, uno de los pequeños, que contó que tuvo leucemia. Hace unos meses me hicieron un transplante y va todo bien, pero lo pasé muy mal. Pasé mucho tiempo encerrado solo con mi madre, sin poder salir, sin poder ver a la gente que quería, y me hizo sentir como ellos", dijo.

La clave para mejorar el mundo que Betancourt ofreció se basa en la solidaridad: "Lo primero que tenemos que cambiar es el corazón, si somos egoístas, si no queremos compartir, si no queremos abrirnos a los demás, el mundo seguirá igual”. Al finalizar el acto, Betancourt quiso despedir a sus jóvenes oyentes uno a uno, y todos le mostraron un gran cariño pidiéndole autógrafos.

Ingrid, “la voz de quienes no tienen voz”
Esta mañana, Ingrid Betancourt ha tenido un encuentro con la prensa, y nuevamente ha querido lanzar un mensaje de esperanza y paz. Ha afirmado que no se considera un símbolo aunque sí le gustaría poder "ser la voz de los que no tienen voz".

Además, Betancourt se encuentra feliz por que se la considere un símbolo de "algo bueno" porque durante su cautiverio, para las FARC, significaba todo lo que la guerrilla repudiaba: "Cuando estaba secuestrada yo era símbolo de todo lo malo, era símbolo de una clase social que ellos detestaban, era símbolo de una ideología que ellos odiaban, era símbolo de una religión que ellos repudiaban, y era símbolo de un género que ellos, simplemente, desprecian".

Por la tolerancia y el recuerdo de sus compañeros aún rehenes
En su comparecencia, Betancourt ha asegurado que quiere que las FARC "acepten el juego democrático colombiano, dejen sus armas, dejen el camino del terrorismo, liberen a los secuestrados, y den una oportunidad a los colombianos de construir un país grande".

Cree además que el premio que recibirá mañana se refiere a la tolerancia, y es que desde que fuera liberada, Betancourt ha recorrido medio mundo para que no se olvide a sus compañeros de secuestro que aún permanecen en la selva y ha asegurado en varias ocasiones que “sería bueno” que la guerrilla “abandonara las armas”, cambiara de actitud y se “sentara a hablar”.

Ingrid Betancourt pronunciará mañana un discurso en la ceremonia de entrega de los Premios Príncipe de Asturias 2008, junto con Margaret Atwood, Premio Príncipe de Asturias de las Letras, y Tzvetan Todorov que recogerá el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.

Un premio a la concordia
La Fundación Príncipe de Asturias ha decidido otorgar a Ingrid Betancourt el premio de la Concordia en la XXVIII edición del certamen, porque tras permanecer secuestrada en la selva colombiana durante más de seis años, “se ha convertido en un símbolo mundial de la libertad y de la resistencia humana ante las más duras adversidades”. Su lucha en favor de la democracia ha sido según la Fundación “un esperanzador ejemplo de dignidad y valentía para el mundo entero.”

Betancourt supo que había sido la ganadora de este galardón el pasado mes de septiembre, cuando se encontraba en Nueva York. Profundamente agradecida, dijo: "Siento una inmensa emoción con esta noticia. Sé que no merezco semejante distinción, pero la recibo con mucho respeto y con mucha humildad. Veo en este maravilloso suceso un feliz presagio para quien sí la merece, mi amada patria, Colombia, sedienta de Concordia y Paz. Me atrevo a recibirla en nombre de mis compañeros secuestrados, aquellos que están esperando su turno para la libertad, y con mucho amor, en nombre de mis compañeros que no volverán, aquellos que murieron en la selva: Guillermo Gaviria, Gilberto Echeverri, los 11 diputados del Valle del Cauca y el Mayor Guevara. Quisiera que este premio aliviara la tristeza de sus familias, como reconocimiento a su gran sacrificio.”

Aseguró además que siente un gran aprecio por nuestro país: “Sé que España siempre ha estado con nosotros, en los momentos de terrible dolor y en momentos como este, de extraordinaria alegría. Le doy gracias a Dios y le pido me guíe para poder responder con altura y sabiduría a las oportunidades que se abren para servir a los que sufren y ser la voz de quienes no pueden expresarse".