Claudia Schiffer vende su casa de Mallorca

La ex modelo alemana ha pactado la venta de su mansión de Cap Andritxol por 12 millones de euros

Por hola.com

Como suele ser habitual, Claudia Schiffer pasará sus vacaciones en Mallorca, un destino que ha elegido desde que era una niña. Sin embargo, la belleza alemana contará este año con una casa menos, ya que ha decidido deshacerse de una de las propiedades que posee en la isla balear. La ex modelo ha pactado la venta de su casa de Cap Andritxol, una mansión que le ha venido dando problemas desde el inicio de su construcción.

Para suerte de Claudia, un ciudadano ruso se ha mostrado interesado en su adquisición, y ambos han apalabrado, a falta todavía de la firma para completar la operación, una cifra de doce millones de euros para cerrar la venta.

La ex modelo alemana liquida así parte del patrimonio inmobiliario que posee en Mallorca, pero no se desvincula totalmente de la región, puesto que aún posee una antigua finca en Camp de Mar, de tres mil ochocientos metros cuadrados, situada en terreno urbano. Se trata de una finca más modesta que la que vende ahora, cuyos terrenos se extienden a lo largo de cuarenta hectáreas e incluye una torre del siglo XVI que fue declarada Bien de Interés Cultural a mediados del siglo XX.

Una casa con problemas
Cap Andritxol ha supuesto para Claudia muchos gastos económicos y problemas urbanísticos desde sus inicios. De hecho, la alemana nunca la llegó a estrenar debido a que se la obligase a abrir un acceso peatonal cercano a la casa en el año 2001.

La polémica comenzó cuando en 2000, los representantes de la ex modelo decidieron vallar el libre acceso que permitía a los excursionistas acceder a Camp de Mar desde Cala Fornells y viceversa. Govern y Consell les obligaron por Ley un año más tarde a abrir un sendero que permitiera dicho acceso.

Habitualmente se utilizaba un trazado que pasaba a cinco metros de la casa. Un trazado que, una vez planteado, fue desechado inmediatamente por los representantes de la ex modelo. Con el fin de proteger su intimidad, finalmente se acordó una vía ubicada a cincuenta metros de la mansión.

Pero además, para que turistas y visitantes no se llevasen de recuerdo las piedras de la Torre de Cap Andritxol, se tuvo que proceder a vallarla. Un mecanismo de protección de este monumento histórico en el que se estima se gastó alrededor de dieciocho mil seiscientos euros.

Con tanto inconveniente y tras cinco años de quebraderos de cabeza, parece comprensible que la guapa alemana haya decidido vender una casa que ni siquiera se molestó en amueblar.