Boris Becker habla tras conocer su condena por evasión de impuestos

Por hola.com

La Audiencia de Munich daba a conocer esta mañana la condena que ha impuesto al ex tenista alemán Boris Becker en el juicio por evasión de impuestos entre los años 1991 y 1993 al que se ha enfrentado estos días, dos años de libertad vigilada y una multa de 300.000 euros. Becker, que en la primera vista del proceso admitió su culpabilidad, declaraba tras conocer la sentencia: "Me he quitado un peso de encima, lo importante es que soy libre".

El fiscal Matthias Musiol solicitaba tres años y medio de prisión para el deportista al que acusaba de haber evadido 1,7 millones de euros en esos dos años en los que el deportista declaró que su residencia estaba en Mónaco y no en Alemania. La acusación, sin embargo, demostró que en esos años Boris Becker pasó la mayor parte del tiempo (la residencia fiscal establece que se debe permanecer seis meses y un día en el lugar en el que se declara como residencia) en Munich donde incluso adquirió un apartamento.

Becker, por su parte, defendió en todo momento que se trataba de un apartamento "espartano" que no contaba ni siquiera con frigorífico y que sólo utilizaba como lugar de alojamiento cuando visitaba Munich. Ayer, en la primera vista del jucio, el ex tenista declaraba: "Admito que hace diez años cometí un error y sé que tengo que pagar las consecuencias por ello".

"Nunca -continuó Becker- tuve intenciones criminales. Todo en lo que pensaba en aquellos días era en chicas y jugar al tenis". El ex tenista, de 34 años, abonó en los días previos a la celebración del juicio cerca de 3 millones de euros en concepto de atrasos al fisco y calificó de "tremendo error" haber adquirido su apartamento de Munich en 1991.

Boris Becker abandonó el tenis profesional en 1999. Seis años antes, había contraído matrimonio con Bárbara Feltus, con quien tuvo dos hijos, Noah y Elías. La que parecía una idílica familia se rompió cuando la modelo rusa Angela Ermakova declaró que estaba esperando una hija del alemán. A principios de 2001, Boris reconocía la paternidad de la pequeña Anna y poco después llegaba a un acuerdo sobre su divorcio de Bárbara.