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Como cada año, el Principado de Mónaco vuelve a acoger una de las fiestas solidarias más importantes y a la vez más glamurosas del mundo, el Baile de la Rosa, que reúne este sábado 25 de marzo en la prestigiosa Salles des Étoiles del Sporting de Montecarlo a la alta sociedad internacional. La cantante Isabel Pantoja será uno de los rostros famosos que estarán presentes en el evento que se celebra desde 1954 y, presidido por la princesa de Hannover, recauda fondos para la Fundación Princesa Gracia. Una noche temática dedicada en esta ocasión a Bollywood y diseñada por Christian Louboutin que llena de esplendor este pequeño estado de la Riviera francesa.

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LAS VISTAS DESDE EL TÊTE DE CHIEN

A 550 metros de altura todo se ve con otra perspectiva. Es la altura a la que se sitúa el promotorio Tête de Chien, un buen mirador al que ascender para contemplar unas maravillosas vistas del Principado y del Mediterráneo y, sobre todo, para tomar las medidas a este pequeño territorio de apenas 4 kilómetros cuadrados.

 

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PRIMERA PARADA: EL PALACIO REAL

La historia de Mónaco es la historia de los Grimaldi y el lugar más especial para la familia real monegasca es el palacio que preside el casco antiguo de la ciudad. Su residencia desde hace dos siglos se puede visitar. El patio central, los salones del Trono y de los Espejos, la capilla palatina, la escalera que lleva a la Galería de Hércules y su insólito museo de recuerdos napoleónicos son algunos de sus tesoros. Desde los preciosos jardines de St. Martin se domina, además, una vista de la Costa Azul que corta la respiración.

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En torno al palacio real pivota el casco antiguo de Mónaco, un museo al aire libre encaramado en la famosa Roca y cuyas casas de colores recuerdan a un pequeño Notting Hill. Sus estrechos callejones conducen a pintorescas plazas como las de Saint Nicolas y Bosio, a la capilla de la Misericordia, al Palacio de Justicia y a la catedral de San Nicolás, donde se celebró la boda religiosa del Príncipe Rainiero y Grace Kelly. Tras el altar se encuentra la tumba de la abuela de Carlota Casiraghi, en la que nunca faltan las flores frescas. 

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MONTECARLO

Mónaco se dividie en 10 distritos y en el de Montecarlo comenzó la leyenda del Principado. El mismo arquitecto de la antigua ópera de París diseñó la de Montecarlo y el Casino, uno de los más famosos del mundo, escenario de no pocas películas. Un lugar por el que hay que pasar para apostar al black jack, ver los espectaculares coches de sus clientes y tomarse algo en la terraza del Café de París. Los más privilegiados alojarse, además, en el Hôtel de Paris. Alrededor de la plaza del Casino están las lujosas tiendas del famoso Carré d’Or: joyerías, boutiques de alta costura y anticuarios por donde hay que pasar, para ver sus escaparates.

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EL OCEANOGRÁFICO DE COUSTEAU

El buque insigne de los museos monegascos es el Oceanográfico, fundado por aquel príncipe marino también llamado Alberto, dedicado al medio marino y a la biodiversidad, especialmente al comandante Jacques-Yves Cousteau. En su famoso acuario evolucionan las especies más raras de peces de diferentes formas y colores. Quien tenga más ansias de museos, puede sacar entrada para el Nuevo Museo Nacional de Mónaco (nmnm.mc), dedicado a las artes visuales y dividido en dos sedes Villa Paloma y Villa Sauber.

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LA CONDAMINE

Así se conocer el barrio central de Mónaco, abierto al puerto de Hércules, siempre abarrotado de yates. Aquí se encuentra también la capilla del siglo XI dedicada a Santa Devota, la patrona de Mónaco, el mítico Sporting Club y gran parte del circuito de Fórmula 1. En la plaza de Armas, a los pies del Palacio, tiene lugar un mercado de frutas y verduras.

 

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LOS OTROS DISTRITOS DE MÓNACO

Si Moneghetti esconde tras sus pendientes pronunciadas parques tropicales e incluso grutas cuajadas de estalactitas y estalagmitas, Fontvieille es famoso por el estadio Luis II de fútbol y por acoger en miles de metros cuadrados ganados al mar el helipuerto que la une con Francia. Y Le Larvotto, por sus playas, el mítico club donde la princesa Grace celebraba esas fiestas que llenaban páginas y páginas de papel couché, y el sublime Jardín Japonés al pie del Mediterráneo.

 

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LOS HOTELES LEGENDARIOS

Hay palacios de excepción que un día dejan de ser una dirección para convertirse en leyenda, y Mónaco cuenta con un puñado de ellos recuperados como hoteles, como el Hôtel de Paris Monte-Carlo, el Hermitage, de estilo Belle Époque, el Métropole o el Monte-Carlo Beach, que aúna el espíritu de los años locos de la Riviera con la intimidad preservada de unas vacaciones de lujo.

 

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EL RESTAURANTE DE ALAIN DUCASSE

Indisociable a ese arte de saber vivir que reina en el Principado, la reputación de los restaurantes de sus grandes chefs, empezando por Le Louis XV de Alain Ducasse en el Hôtel de Paris, galardonado con 3 estrellas Michelin por su cocina inspirada en la Riviera. Una menos tiene el Blue Bay, frente al Mediterráneo y dirigido por Marcel Ravin. Y también exquisitos El Grill, en el 8º piso del Hotel de Paris Monte-Carlo, la cocina de La Table d’Antonio Salvatore, Pavyllon Monte-Carlo, con una terraza suspendida sobre el mar, y el japonés Yoshi.

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PRIMAVERA DE LAS ARTES

Además del Baile de la Rosa, en Mónaco siempre hay una cita cultural o deportiva a la que acudir, ya sea el Rally de Montecarlo o el Festival del Circo. Hasta el 2 de abril, lo que se celebra es el festival anual de música Primavera de las Artes de Montecarlo, con una programación que abarca desde la creación contemporánea a la música medieval, tradicional y el jazz en escenarios como el auditorio Rainiero III, el Museo Oceanográfico, la iglesia de Saint-Charles, el Teatro des Variétés o el complejo One Monte-Carlo.

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A MÓNACO EN HELICÓPTERO

En Mónaco están permitidos todos los lujos y uno de los más exclusivos es llegar en limusina, en yate, en uno de esos flamantes coches deportivos que se ven por sus calles o, por qué no, en helicóptero desde el aeropuerto de Niza, que en solo 6 o 7 minutos aterriza en la pequeña capital de la Costa Azul a orillas del mar. El aeropuerto internacional de la Costa Azul se encuentra a 25 minutos del Principado.

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