3. CABLE BEACH, AUSTRALIA
«Fantástica para disfrutar de las vistas, las charcas marinas, nadar en las aguas turquesas del Índico y ver la puesta de sol». Así valoran los viajeros esta playa de Broome, en la región de Kimberley, de 22 kilómetros de largo escoltada por acantilados. Nadie se pierde un paseo en camello por ella al amanecer o al atardecer, el faro de Gantheaume, desde el que se ven delfines y ballenas en temporada y, cuando baja la marea, huellas de dinosaurios de hace 130 millones de años. Su nombre se lo debe al cable telegráfico que en 1889 conectó la Australia del noroeste con el mundo.
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