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BAIONA, ESENCIA MEDIEVAL 

60 kilómetros (46’) 

 

Lo primero que llama la atención en Baiona es la magnífica fortaleza que corona la península de Monterreal, que se descubre trepando por sus alturas y contemplando sus vistas entre murallas y torreones. Una parte la ocupa el Parador de Turismo. A sus pies, una encantadora villa de aire medieval, con calles estrechas y empedradas, y un larguísimo paseo marítimo que recorre su fachada marítima. Un poco más allá se divisan las islas Cíes, a las que se puede llegar en barco.  

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A LA PENÍNSULA DEL MORRAZO

38 kilómetros (34')

Lo tiene todo: valles, pueblos marineros, montes, miradores, playas salvajes. Entre las rías de Vigo y Pontevedra se localiza este gran espacio protegido al que se accede desde Vigo cruzando el puente de Rande. Además de Cangas, la capital histórica, hay numerosos atractivos por descubrir, como la poza da Moura “el jacuzzi natural de las Rías Baixas”, el robledal de Coiro, el mirador de San Roque del Monte y las espectaculares playas de la costa de la Vela, como la recóndita de Melide, rodeada por un gran pinar o el faro de Cabo Home, el punto más cercano de las islas Cíes al continente (solo 2,5 kilómetros) e ideal para ver atardecer contemplando el archipiélago de las Islas Atlánticas.

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MONASTERIOS DE POIO Y ARMENTEIRA

7 kilómetros (14’) 

 

Saliendo de Pontevedra hacia Sanxenxo se descubren dos de los monasterios más impresionantes de Pontevedra. El de San Juan de Poio está muy próximo al pueblo de Combarro y destaca por su iglesia, el impresionante mosaico del Camino de Santiago de 200 m2 de longitud que se encuentra en claustro del Cruceiro, su museo y el hórreo más grande de toda Galicia. Además de ser sede de los cursos de la universidad de verano, el convento acoge una hospedería monástica. La excursión se puede alargar visitando otro monasterio cercano, el de Armenteira, en Meis, con una magnífica iglesia románica.  

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HÓRREOS FRENTE AL MAR EN COMBARRO 

8 kilómetros (16’) 

 

Decenas de hórreos se alinean al borde de la ría en Combarro, uno de los pueblos más bonitos de las Rías Baixas y de Galicia. En su pequeño, casco viejo de calles empedradas se apiñan antiguas casas de marineros, cruceiros y restaurantes. Aquí se viene a contemplar el arte del marisqueo durante la marea baja, las idas y venidas de los barcos pesqueros, pero, sobre todo, a degustar junto al mar los mariscos y pescados más frescos. 

 

Sanxenxo, el pueblo gallego para disfrutar del mar con todos los sentidos

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LA LANZADA

40 kilómetros (34’) 

 

Son 2,5 kilómetros de longitud los que tiene el arenal pontevedrés favorito de los surfistas, porque hay olas para todos los gustos. Aunque también lo frecuentan los senderistas que caminan por el sendero que recorre este precioso entorno costero. La playa comparte nombre con la ermita románica que queda próxima, donde se ven también restos arqueológicos de una factoría de pescado del siglo II a. C. y los de una necrópolis romana. 

 

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LAS CASCADAS DEL RÍO AGRA

18 kilómetros (24’) 

 

Un desvío en la carretera de Caldas a Pontevedra lleva a la Ría de Barosa, un espacio protegido como parque natural, famoso por las bonitas cascadas que forma el río Agra y porque aquí tiene parada el Camino portugués a Santiago. En su boscoso entorno se ven un conjunto de molinos recuperados donde se molía el maíz, dispuestos junto al río de forma escalonada y rodeados de robles, pinos y eucaliptos. 

 

De Tui a Santiago por el Camino Portugués

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ENTRE CAMELIAS Y OTRAS FLORES EN EL PAZO DE RUBIANES 

25 kilómetros (30’) 

 

Más de un centenar de especies diferentes de flores crecen en este pazo de Vilagarcía de Arousa, aunque es la camelia, la más representativa. Además de jardín, tiene zonas de huerto, bosques, viñedos y montes de alcornoque por los que pasear. Y también una tienda donde comprar el vino propio o los jabones que las monjas clarisas elaboran con el aceite que se extrae de las semillas de la camelia.  

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O GROVE Y LA TOJA

45 kilómetros (45')

 

La naturaleza más espléndida de las Rías Baixas se concentra en la península de O Grove. Donde uno puede pasar el día observando pájaros en el Complejo intermareal Umia-O Grove, visitando el centro de interpretación del humedal en el monte Siradella, caminar por el paseo de Pedras Negras de San Vicente (en la imagen), cruzar a la isla de La Toja y acabar el día viendo atardecer en las playas salvajes de Abelleira y Canelas.

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SOUTOMAIOR, UN CASTILLO MUY ANIMADO 

17 kilómetros (25’) 

 

Es una de las fortalezas gallegas mejor conservadas de Galicia, sobresaliente por su arquitectura –mezcla de elementos militares y palaciegos–, su ubicación, en el boscoso valle del Oitavén, pero, sobre todo, por la intensa historia vivida tras sus muros. Su interior se ha musealizado con nueve salas temáticas y además de su estanque y un inmenso jardín de 25 hectáreas donde crecen numerosas especies de camelias, ofrece una variada agenda de actividades. 

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LAS ISLAS ATLÁNTICAS

 

Junto con las Cíes, las islas de Ons, Sálvora y Cortegada forman el Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas. A la entrada de la ría de Pontevedra, la primera es un islote de paisajes con acantilados, con cinco grandes playas casi vírgenes y recorridos senderistas, a la que se llega desde Bueu, Sanxenxo o Portonovo. En barco desde Villagarcía de Arousa se alcanza la de Cortegada, que esconde entre su espesa naturaleza la ermita de la Virgen de los Milagros. Sálvora está despoblada y desde el puerto de O Grove salen excursiones para conocer su rica fauna y flora, su pazo, el faro o la estatua de una sirena sentada frente al mar. 

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LA INDISCUTIBLE VIGO 

28 kilómetros (28’) 

 

El mirador de monte de A Guía, con las islas Cíes al fondo y el impresionante puente de Rande al final de la ría, es el mejor lugar para contemplar la ubicación de esta ciudad gallega llena de lugares de interés. La céntrica plaza Porta do Sol es el mejor punto de partida para descubrirla, desde ella luego se van descubriendo las de la Princesa, Constitución o la de Almeida. ¿Qué no hay que perderse?: la concatedral, la Casa de Ceta, los soportales del barrio de pescadores O Berbés, la avenida da Beiramar, junto al puerto deportivo, el mercado de la Piedra o la calle Pescadería, que todo el mundo conoce como la de las Ostras, son sus imprescindibles. Ya en coche hay que acercarse hasta la playa de Samil, la más grande y famosa de la ciudad. 

 

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LOS PETROGLIGOS DE CAMPO LAMEIRO

21 kilómetros (29’) 

 

En el interior de Pontevedra, a solo una veintena de kilómetros de la capital, los hombres que habitaron estas tierras varios milenios antes de Cristo dejaron para la posteridad un conjunto de signos y dibujos grabados en piedra que hoy forman uno de los conjuntos de petroglifos más importantes de Europa. Un sendero señalizado de 3 kilómetros, salpicado de áreas de descanso y fuentes permite descubrir los más significativos en el Parque Arqueológico del Arte Rupestre Campo Lameiro (para.es). Desde el centro de interpretación se organizan visitas guiadas y actividades en familia. 

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SIEMPRE SANTIAGO 

63 kilómetros (48 minutos) 

 

La capital gallega es una excursión imprescindible desde Pontevedra, a la que hay que acercarse para ver cómo ha quedado la restauración de la catedral compostelana y del Pórtico de la Gloria, la gran obra del Maestro Mateo; visitar el Museo do Pobo Gallego, en el antiguo convento de San Domingos, y la arquitectura vanguardista del Centro Galego de Arte Contemporánea, de Álvaro Siza. Y, por supuesto, recorrer la rúa do Franco degustando ribeiros y exquisitas recetas gallegas.

 

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DÍAS DE ALBARIÑO EN CAMBADOS

28 kilómetros (28’) 

 

El nombre de Cambados está ligado al vino Albariño y en su casco histórico se hace presente esta vinculación por todos sus rincones. Se admiran en él casonas señoriales, iglesias, torres, capillas y pazos como el de Fefiñáns, la primera bodega que embotelló vino de la zona y que se puede visitar. Junto a las ruinas de Santa Mariña Dozo, otra visita imprescindible: el Museo del Vino de Cambados. 

 

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TUI Y VALENÇA DO MINHO 

52 kilómetros (40’) 

 

Tomando la autovía desde Pontevedra, en 40 minutos se alcanza el casco histórico de Tui, que tiene su mejor panorámica desde lo alto del monte Aloia y es precioso para callejear y perderse por sus rúas de piedra, costanillas y pasadizos que rodean la catedral, con aires de fortaleza, y su judería. Abajo está el río Miño, con un espléndido paseo a sus orillas para andar o pedalear hasta el puente internacional que une Tui con Valença do Minho. Merece la pena cruzar por él y descubrir esta también bonita ciudad portuguesa.  

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NOIA, UN SANTIAGO EN MINIATURA

65 kilómetros (1 hora) 

 

Merece la pena hacerse una hora de viaje en coche para conocer esta localidad que llegó a ser en la Edad Media una de las principales ciudades de Galicia y cuenta con uno de los cascos históricos más bonitos de A Coruña, todo de piedra. Es como un pequeño Santiago de Compostela donde todo gira alrededor de la iglesia gótica de San Martiño y de sus plazas, sobre todo la del Tapal. También se ven en él fuentes, cruceiros, el hospital de Adentro, casas señoriales, una importante colección de pazos y la iglesia gótica de Santa María a Nova, que alberga un museo excepcional de laudas sepulcrales. Noia posee además una joya modernista, la central hidroeléctrica del Tambre y un bonito paseo marítimo junto a la ría al que se van abriendo sus playas. 

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