Para ello está el restaurante panorámico de su planta 14, con su fabulosa azotea. Un local, decorado con coloridas paredes y un piano de cola retroiluminado, que es testigo de alocadas noches de bailoteo…, hasta que el cuerpo aguante. Con él con y el diner de la primera planta, donde también hay un bar deportivo, este hotel ha revitalizado el barrio, como también lo han hecho establecimientos de la misma marca en ciudades tan variopintas como Londres, Praga, Roma, Lisboa, Los Ángeles o Río de Janeiro.