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ORBANEJA DEL CASTILLO

Distancia: 58’

Si hubiese que elegir un lugar en el que el paisaje burgalés ha conseguido superarse a sí mismo este sería el cañón del Ebro a su paso por Orbaneja del Castillo, un pequeñísimo pueblo de aire medieval y escalonadas calles, apenas con 50 habitantes, que ha conservado todo el sabor de su arquitectura popular y que pasa por ser uno de los más bonitos de la región. La música a este decorado de cuento la pone la preciosa cascada de 25 metros de altura que se desploma por él, pero también sus pozas de color turquesa y sus miradores.

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COVARRUBIAS

Distancia: 36’

Esta escapada corta desde Burgos nos lleva a las orillas del Arlanza, para visitar uno de esos pueblos que ha sabido conservar su perfil de pueblo tradicional castellano. El arco del Archivo, que mandó levantar Felipe II, da acceso a esta villa medieval que evoca en cada rincón el origen del reino de Castilla. El torreón de Fernán González y la ex colegiata sobresalen en el cogollo monumental, con plazas empedradas, estrechas calles y una arquitectura popular con casas con entramados de madera. A las afueras de Covarrubias podrás descubrir en plena meseta castellana la vanguardista capilla de San Olav, dedicada a un rey y santo vikingo, y tiene su explicación. 

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CASTROJERIZ

Distancia: 35’

A la sombra de su castillo legendario se extiende el alargado perfil de este pueblo, uno de los hitos más importantes del Camino de Santiago a su paso por la provincia de Burgos. Tanto es así que ha condicionado su historia, su trazado urbano y su patrimonio cultural. Para hacerse una idea, basta decir que contó hasta con 7 hospitales de peregrinos, el más famoso, el de San Antón, cuyas ruinas quedan próximas. Castrojeriz es, sobre todo, una larga calle de casi 2 kilómetros de longitud, que hace de eje vertebrador y en torno a ella, enormes templos, entre los que despunta la ex colegiata de la Virgen del Manzano con su Museo de Arte Sacro, el Centro de Interpretación sobre el Camino Iacobeus, la plaza Mayor con soportales y buenas muestras de arquitectura señorial.

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ATAPUERCA

Distancia: 24’

Mejor que los libros de Ciencias Naturales, los orígenes del hombre europeo se aprenden sobre el terreno en esta sierra burgalesa donde se han hallado importantes restos arqueopalentológicos que explican la evolución humana. La visita a los yacimientos, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, recorre los más significativos: la Sima del Elefante, Galería y la Gran Dolina. Y como complemento, el Centro de Arqueología Experimental, un recinto temático interactivo donde acercarnos a la vida de los cavernícolas. Y, ya en Burgos, el Museo de Evolución Humana, que acoge muchos de los originales hallados en la sierra de Atapuerca (atapuerca.org).

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DESFILADERO DE LA YECLA

Distancia: 55’

Entre el monasterio de Santo Domingo de Silos y el pueblo de Caleruega, el arroyo del Cauce ha ido moldeando en las calizas de la sierra de la Demanda burgalesa una estrecha y profunda garganta durante millones de años que hoy es la excursión más apetecible del Parque Natural Sabinares del Arlanza-La Yecla. Una serie de pasarelas colgantes y puentes permiten recorrer a pie el angosto desfiladero de 600 metros de longitud que, en algunas zonas, no llega a los 2 metros de anchura. El paseo es sencillo y el camino, además de sonoridad y los saltos de agua, permite admirar numerosas aves rapaces sobrevolando las crestas rocosas.

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LERMA

Distancia: 28’

Desde lejos se intuye que Lerma es un pueblo con empaque. No hay más que ver su perfil. Y así es, porque cuando uno se acerca a esta villa ducal situada en un altozano y con vistas privilegiadas, y va descubriendo el casco urbano del XVII queda asombrado. Tiene murallas, palacio, colegiata y un monasterio, el de la Ascensión del Señor, famoso por la repostería que elaboran las monjas clarisas. 

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VALLE DE LAS CALDERECHAS

Distancia: 59’

En el norte de Burgos, este valle es una excursión ideal para quienes buscan naturaleza y destinos ecoturistas alejados de los caminos habituales. Tanto es así, que son pocos los que conocen que el microclima de este entorno favorece un extenso cultivo de cerezos y que, cuando florecen para anunciar la primavera, es como un pequeño valle del Jerte. Una joya escondida a la que se accede desde Hozabejas, Salas de Bureba o Terminón, poco antes de llegar a Oña. La escapada debe incluir también esta villa histórica de Las Merindades, cuyas murallas medievales protegen su gran monumento: el Real Monasterio de San Salvador de Oña, primer panteón real de Castilla. 

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ARANDA DE DUERO

Distancia: 56’

A esta villa burgalesa se va, sobre todo, a degustar un buen lechazo asado acompañado de vino de la Ribera del Duero y de la tradicional torta de Aranda. Solo por eso ya merece hacer una escapada desde la capital. Pero cuando uno llega, descubre que la localidad también tiene un laberinto de 7 kilómetros de bodegas subterráneas medievales que recorren el casco antiguo, algunas tan interesantes como la de Las Ánimas, que forma parte del Centro de Interpretación de la Arquitectura del Vino. También museos interesantes, como el de Arte Sacro, la Casa de las Bolas o uno dedicado a los aromas, único en Europa. Y hasta una senda pegadita al Duero para disfrutar de la naturaleza después del homenaje gastronómico.

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POZA DE LA SAL

Distancia: 43’

De los castillos burgaleses, el de Los Rojas es uno de los más espectaculares, con un desafiante e inconfundible perfil a cuyos pies se refugia esta villa con una rica historia vinculada a la sal. Lo primero en ella es ver su escalonado caserío, un conjunto de estrechas y empedradas calles de aire medieval donde se levantan casas con entramados de madera, restos de muralla y bonitas plazas. Después, el Centro de Interpretación de las Salinas, para aprender todo sobre la producción de estas salinas, que ya explotaron los romanos. Y rematar la visita siguiendo los pasos de su hijo más ilustre, el naturalista Félix Rodríguez de la Fuente.

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SANTO DOMINGO DE SILOS

Distancia: 54’

Todo en este pueblo en el Camino del Cid gira en torno a su monasterio benedictino, cuyo origen se remonta al siglo X. Solo por conocer su claustro monacal merece una escapada, porque es una obra maestra del románico español, con 64 capiteles esculpidos con primor. También cuenta con una botica que es una fantasía farmacéutica, pues guarda una preciosa colección de cerámica de Talavera y libros con fórmulas y recetas curativas. A estas maravillas hay que añadir la experiencia única de escuchar a sus monjes cantando sus cánticos en gregoriano (abadiadesilos.es). También es una hospedería para hombres que busca sosiego y silencio.

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AGUILAR DE CAMPOO

Distancia: 1 h

Cruzamos los límites de Burgos para alcanzar esta localidad, parada imprescindible en la ruta del románico palentino, un arte que marcó la arquitectura religiosa de la Edad Media y que convierten a Palencia en un auténtico museo al aire libre. La iglesia de Santa María la Real es el mejor testimonio. Junto a ella, un armonioso conjunto arquitectónico para disfrutar paseando por sus calles, adornadas de casonas con escudos, soportales y los restos de las murallas que protegían la localidad que son la prueba de su larga y rica historia.

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