ALFONSO XIII, SEVILLA
Con el beneplácito de Alfonso XIII o por deseo expreso de él, en los primeros años del siglo XX se levantaron en España una colección de lujosos hoteles que, desde su inauguración, no solo fueron refugio de grandes personalidades, también emblema de la hostelería nacional: El Ritz de Madrid, el Alhambra Palace de Granada, el María Cristina de San Sebastián, el Miramar de Málaga, el Real de Santander o el que lleva su nombre de Sevilla. Entre la Puerta de Jerez, el Palacio de San Telmo y la Fábrica de Tabacos, este alojamiento es memoria de la ciudad señorial desde 1929, cuando se construyó para la Exposición Iberoamericana. Tras una fachada historicista, en sus señoriales estancias se han alojado una larga lista de personalidades que engranden la historia de este hotel donde el lujo cautiva nada más entrar en su vestíbulo. En el magnífico patio de columnas se encuentra su restaurante San Fernando, mientras que su terraza, a la que da nombre la reina Victoria –Ena, como se la conocía coloquialmente–, es un espacio informal de aire contemporáneo (espanol.marriott.com)
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