1/10 © Parque Arqueológico de Carranque

VILLA ROMANA DE CARRANQUE

Distancia: 49 kilómetros, 30 minutos

Solo por observar la espectacular colección de mosaicos de la mansión conocida como Casa de Materno y las magníficas columnas del Palatium ya merecería la pena la visita el Parque Arqueológico de Carranque (parquearqueologico.com), uno de los más importantes de la Hispania romana, fechado a finales del siglo IV y posiblemente relacionado con el emperador Teodosio I el Grande. Pero es que el conjunto incluye también un mausoleo, una fuente monumental de carácter sagrado, cubos de molino, termas, estructuras hidráulicas que podrían servir para el abastecimiento de agua a la villa romana de Titulcia y parte de una posible segunda villa. El edificio más rico de los hallados es la basílica de Santa María de Abajo, la primera paleocristiana de la que se tiene constancia en la península.

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EL CASTILLO DE GUADAMUR Y EL TESORO DE GUARRAZAR

Distancia: 15 kilómetros, 18 minutos

De inspiración italiana, esta soberbia fortaleza, el castillo de Guadamur es un magnífico ejemplo de los castillos residenciales del siglo XV. Pero no es el único tesoro de este municipio, también lo es el yacimiento arqueológico de Guarrazar (guarrazar.com), un lugar fundamental para conocer la historia del reino visigodo de Toledo y donde fueron halladas las coronas votivas que forman el tesoro más importante de la Edad Media en Europa (las originales se encuentran en el Museo Arqueológico de Madrid y en el Museo Cluny de París). Podemos visitar las excavaciones de este complejo monástico-palacial vinculado a los reyes godos e incluso apuntarnos a algunos de sus talleres relacionados con la arqueología, la naturaleza y las artes plásticas. Para rematar la escapada hay que pasar por su centro de interpretación y el museo del yacimiento, con piezas originales y reproducciones del tesoro.

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CABAÑEROS

Distancia: 79 kilómetros, 1 hora

Por sus extensas llanuras de matorrales, sus acacias solitarias recortando el horizonte y por sus atardeceres de fuego, al Parque Nacional de Cabañeros (visitacabaneros.es) se le atribuye cierta semejanza con el más significativo de los paisajes de África, esa enigmática sabana poblada de animales salvajes que muchos llaman el Serengeti manchego. Un lugar donde solo la naturaleza dicta el ritmo de la vida y se recorre en visitas guiadas en todoterreno, a pie o a caballo. Incluido en los Montes de Toledo y a caballo entre las provincias de Toledo y Ciudad Real, atesora uno de los bosques mediterráneos más valiosos de la península.

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CASTILLO DE SAN MARTÍN DE MONTALBÁN Y ERMITA DE SANTA MARÍA DE MELQUE

Distancia: 50 kilómetros, 40 minutos

Lejos de cualquier población, el castillo de Montalbán llegó a ser una de las fortalezas medievales más imponentes del sur del Tajo. La que antes fuera alcazaba musulmana y castillo templario sorprende por su tamaño, por la altura de sus muros y por su ubicación, asomada a un cortado vertical de cien metros de altura sobre el río Torcón. Cuenta la leyenda que un largo túnel de casi cinco kilómetros conecta este con la también solitaria iglesia de Santa María de Melque, una de las pocas iglesias visigóticas que se conservan en España, y que fue el corazón de una importante comunidad monástica; por él monjes y templarios se cruzaban e intercambiaban opiniones sobre el tesoro del Rey Salomón, que algunos sitúan por estos parajes.

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TEMBLEQUE

Distancia: 55 kilómetros, 40 minutos

Solo por ver una de las plazas mayores más hermosas de Castilla-La Mancha ya merecería hacer una escapada a Tembleque. Sus galerías de madera y los soportales sostenidos por columnas y capiteles desde tiempo inmemorial han hecho de este lugar un espacio encantador. La plaza está envuelta por la leyenda, aquí se celebraron festejos taurinos, comedias y celebraciones sociales, pero también juicios sumarísimos. Saliendo de ella, y entre las casas blancas del barrio viejo, descubrimos otros rincones de interés, como la iglesia parroquial, la barroca Casa de las Torres y una profusa decoración de cruces de malta, recuerdo del paso de los caballeros de la Orden de San Juan de Jerusalén.

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BARRANCAS DE BURUJÓN

Distancia: 29 kilómetros, 31 minutos

En el municipio de Burujón, aguas abajo de la capital toledana, el Tajo refleja un paisaje insólito, el de estas erosionadas cárcavas arcillosas que alcanzan los cien metros de altura y recuerdan al Gran Cañón del Colorado. Una senda ecológica de 5 kilómetros permite adentrarse por la orilla del embalse de Castrejón y asomarse a este espacio desde dos miradores y un observatorio de aves.

7/10 © El Bohío

ILLESCAS

Distancia: 37 kilómetros, 28 minutos

Illescas tiene dos motivos importantes para una escapada desde Toledo, la primera hay que buscarla en su santuario de Nuestra Señora de la Caridad, donde se conservan cinco lienzos de El Greco (elgrecoillescas.com). La segunda es El Bohío (elbohio.net), el restaurante que regenta Pepe Rodríguez y que el famoso chef y jurado de Masterchef ha convertido en un templo de la cocina de vanguardia, reconocido con una estrella Michelin. En la imagen, una de sus creaciones.

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CONSUEGRA, MOLINOS Y UN CASTILLO MUY ANIMADO

Distancia: 64 kilómetros, 42 minutos

Desde muchos kilómetros a la redonda se divisa, en plena llanura manchega, la silueta de los molinos de viento y el castillo de Consuegra, alineados sobre el cerro Calderico, que recuerdan aquel encuentro entre Don Quijote y los gigantes. Una experiencia de lo más divertida son las visitas teatralizadas al castillo (vitelateatro.com), guiadas por un dicharachero juglar y donde podemos convertirnos en protagonistas de la historia que se relata, incluso aprender a manejar la espada y descubrir mensajes encriptados en la piedra. Pero en Consuegra hay muchos otros rincones imprescindibles para descubrir, como su plaza mayor, con sus corredores, balconadas y soportales tradicionales, de la que parten un conjunto de calles de trazado medieval con antiguas casonas rematadas con escudos nobiliarios y rejerías además de iglesias como la del Santísimo Cristo de la Vera Cruz. Un lugar también para disfrutar de la gastronomía manchega.

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ESCALONA

Distancia: 54 kilómetros, 40 minutos

Nada más poner un pie en esta localidad toledana, los ojos se van directos al castillo donde nació, en 1282, el infante don Juan Manuel y, un siglo y medio después, Álvaro de Luna convirtió en un fastuoso palacio. Una fortaleza grande, muy decorativa, sobre todo vista desde el puente sobre el Alberche. Escalona forma parte de la ruta del Lazarillo, que sigue las andanzas del famoso pícaro. La plaza del Infante es escenario de uno de los pasajes de la obra, el lugar donde el protagonista se vengó de las andanzas de su amo ciego. Para completar la escapada qué mejor que que probar los vinos de la DO Méntrida en algunas de las bodegas donde se crían estos caldos elaborados con uva garnacha, como la Hacienda Villarta (haciendavillarta.com) o la Cooperativa San Roque (cooperativasanroque.com).

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OCAÑA

Distancia: 55 kilómetros, 40 minutos

«¿Dónde está la ciudad de esta plaza?» Es la expresión que evoca la grandeza de la joya patrimonial de Ocaña: su plaza Mayor, barroca, la que Carlos III ordenó construir en 1777. Un rectángulo casi cuadrado, pavimentada con cantos rodados, arcos por sus cuatro lados, soportales y dos alturas, a la que van a parar las principales calles de la villa. Habrá que cruzar por ella unas cuantas veces en busca de sus otros monumentos: iglesias, conventos, palacios, como el de los Cárdenas, o la Fuente Grande, atribuida a Juan de Herrera.

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