ALHAMA DE GRANADA
Los romanos eran unos disfrutones, y hasta este pequeño pueblo del Poniente granadino llegaron para hacerlo de sus aguas termales, que manan a 47 grados de temperatura. De paso, dejaron como herencia una calzada, un puente y algunas villas. Son algunos de los atractivos de este pueblo de la Sierra de Tejeda enclavado en un profundo tajo abierto sobre el río Alhama. Que es bonito, lo confirma que es conjunto histórico, y lo evidencia su intrincado y laberíntico barrio árabe, los restos de sus murallas, las torres vigía y, sobre todo, el Baño Fuerte, con sus espléndidos arcos de herradura. Iglesias, conventos y casonas solariegas forman hoy su rico patrimonio monumental, donde antes hubo mezquitas, sinagogas y palacios árabes.