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PLAYA DE MARO, NERJA

Desde el famoso Balcón de Europa de Nerja se divisan en el recortado litoral malagueño unos sugestivos acantilados. Son los del Maro-Cerro Gordo, uno de los escasos parajes naturales vírgenes de la Costa del Sol. A sus pies se encuentra la playa del mismo nombre, una franja de arena gruesa de 500 metros de fácil acceso que surge entre cultivos y cañaverales y cuyas aguas cristalinas y el salvaje entorno le confieren un encanto especial. Solo es posible acceder a ella a través de un camino dibujado por el acantilado y el terraplén o en embarcación desde el mar. A su lado queda la más pequeña y arenosa Caleta de Maro, por muchos conocida como «Cala Chica», cuyo nombre se lo pusieron los guionistas de la mítica serie Verano Azul, ya que aquí se rodaron muchos de los capítulos de la pandilla de Chanquete.

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PLAYA DE CABOPINO, MARBELLA

A 14 kilómetros del centro de Marbella se puede llegar caminando o mejor en bici con la vista puesta en el mar por el paseo que la une con la playa de Cabopino, junto al puerto deportivo del mismo nombre. Lo que tiene de especial es que es esta playa aislada de más de un kilómetro de largo está situada en una zona natural protegida, las dunas de Artola.

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PLAYA DE GALERA, ESTEPONA

La torre de la Galera, a escasos metros, da nombre a esta larguísima playa de arena oscura alejada del casco urbano. Sus 2 kilómetros de extensión permiten mantener la distancia, mientras que sus zonas rocosas son del gusto de los aficionados al submarinismo. Colindante queda la playa de Piedra Paloma de Casares y muy próxima la de Bahía Dorada.

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LA MALAGUETA, MÁLAGA

En los 14 kilómetros de litoral urbano de la capital de la Costa del Sol se suceden 16 playas urbanas, desde Pedrogalejo o San Andrés, a las más retiradas de Guadalmar o Campo de Golf, incluso escondidas en rincones rocosos, como los Baños del Carmen o el Peñón del Cuervo. Pero ninguna tan reconocible como la Malagueta. Si además de baño, paseo o sol, nos sentamos en alguno de los chiringuitos de su paseo marítimo a degustar un espeto de sardina, qué más se puede pedir.

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BAJONDILLO Y PLAYAMAR, TORREMOLINOS

Torremolinos tiene 7 kilómetros de costa y de ellos 2 los acaparan las contiguas playas de Bajondillo y Playamar –que otros también conocen como del Retiro–, unidas por un paseo marítimo. Dos arenales de oscuro y oleaje moderado ideales para practicar todo tipo de deportes acuáticos o simplemente pasar un día relajado tomando el sol.

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PLAYA DE LA CALAHONDA, NERJA

La cala más fotografiada de Nerja solo tiene 120 metros de arena y 20 de ancho y la adornan unas pequeñas barcas pesqueras y cobertizos de un blanco inmaculado. Arena de grano medio, color oscuro y un oleaje moderado esperan tras cruzar el pequeño arco del balcón de Europa y descender por unas escaleras en zigzag. Por esta misma entrada se accede a la playa de la caletilla.

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BIL-BIL, BENALMÁDENA

Si por algo se conoce ese arenal de 400 metros que se extiende entre la playa Arroyo de la Miel y la de Santa Ana, es por el bonito castillo que se encuentra en uno de sus extremos, una construcción de estilo árabe, color rojizo y ventanas de medio arco que le otorgan un encanto especial. Hoy la construcción hace las funciones de centro cultural. Pero el castillo no es lo único que la define, también su arena fina y dorada, el paseo marítimo con palmeras que la enmarca y su magnífica situación cerca del puerto de la Marina.

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